AGENDA CONFIDENCIAL

ASF le pone el cascabel al gato

La posición adoptada por la SFP durante el proceso de fiscalización resultó ser incongruente con la estricta aplicación de principios de transparencia

OPINIÓN

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Luis Soto/ Agenda Confidencial/ Opinión El Heraldo de México. Foto: EspecialCréditos: Foto: Especial

En casi cuatro décadas de vida institucional, la Secretaría de la Función Pública ha sido escudo protector de funcionarios corruptos, y en algunas ocasiones Santa Inquisición laica para quemar en leña verde a funcionarios estorbosos, principalmente en los gobiernos priistas y panistas. Pero nadie se imaginó que en la administración de la 4T, esa impresentable dependencia se convertiría en “tapadera” de sus propios actos, al obstruir una fiscalización de la Auditoría Superior de la Federación.

¿A qué le tienen miedo los encargados de “barrer la corrupción como las escaleras, de “arriba para abajo”? ¿A que descubran que han solapado posibles tropelías que cometieron en 2019 varios funcionarios públicos? Preguntan los observadores.  Pues “nosotros hemos trabajado de la mano con la ASF compartiendo más de 30 mil expedientes. El trabajo institucional a favor de la rendición de cuentas goza de excelente salud”, pareció responder Irma Eréndira Sandoval, titular de la Función Pública, a los cuestionamientos de la ASF, que, en su informe sobre la fiscalización de la Cuenta Pública de 2019, apunta:        

“Durante la auditoría, la SFP mostró resistencia al proceso de fiscalización al no permitir el acceso al equipo auditor a sus instalaciones y archivos, y sus servidores públicos se negaron a comparecer ante la ASF… La posición adoptada por la SFP durante el proceso de fiscalización resultó ser incongruente con la estricta aplicación de principios de transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción y a la impunidad que la propia dependencia federal tiene entre sus facultades”. 

Quién se iba a imaginar que David Colmenares Páramo, titular de la Auditoría Superior de la Federación, nos iba a remitir a la fábula del poeta y dramaturgo Lope de Vega, que más o menos dice: Habitaban unos ratoncitos en la cocina de una casa cuya dueña tenía un hermoso gato, tan buen cazador, que siempre estaba al acecho. Hasta que un día un ratoncito propuso: Atemos un cascabel al cuello del gato, y por su tintineo sabremos siempre el lugar donde se halla.  

Parece que hoy tampoco hay señales de que el gobierno de la 4T piense seriamente en convertir a la Secretaría de la Función Pública en un instrumento eficaz que les corte las uñas a funcionarios públicos y empresarios privados que se hinchan los bolsillos con dinero hurtado del presupuesto nacional.

AGENDA PREVIA. Bastante tibia, políticamente hablando, se ha visto Olga Sánchez “florero”, perdón, Cordero, en el tema de la candidatura de Félix Salgado Macedonio. Primero dijo que había que respetar los derechos constitucionales del señor. Y luego tiró el rollo de que “es responsabilidad y prerrogativa de cada partido político demostrar que sus candidatos están a la altura de las circunstancias y proceder de acuerdo con las leyes y las mejores prácticas sobre prevención de la violencia de género en el ámbito electoral”. Sin tantos rodeos, el presidente mandó el siguiente mensaje a “Doña Olga” y a quienes quieran escucharlo: Que los guerrerenses decidan el futuro político de Félix.  Y quien conozca a los guerrerenses, ya saben qué van a decidir, apuntan los observadores. 

POR LUIS SOTO
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