DESDE AFUERA

La reforma económica en Cuba

El gobierno cubano estudia ya hace años las experiencias de reforma económica sobre todo en la República Popular China y Vietnam

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

Cuba se unió de nuevo a los gobiernos, que considerados como adversarios de la empresa privada, abren la puerta a esa actividad en busca de reencender su economía.

Es una apertura retrasada, favorecida esta vez por la llegada del demócrata Joe Biden al poder en Estados Unidos y lo que se espera sea un cambio positivo en la relación bilateral. 

Pero también obedece a necesidades y prioridades cubanas, que enfrentan una seria crisis económica originada en gran medida por la aparición de la pandemia de COVID-19 y su impacto sobre el turismo mundial. El Producto Interno Bruto de Cuba cayó 11 por ciento y se considera difícil que el turismo, su principal fuente de divisas, se recupere este año.

El gobierno cubano estudia ya hace años las experiencias de reforma económica sobre todo en la República Popular China y Vietnam, en lo que ahora la ministra de Trabajo de Cuba, Marta Elena Feito, definió como "ayudar a liberar las fuerzas productivas" del sector privado.

El anunciado cambio de política estadounidense ayudó también a la decisión de apertura económica. 

Biden fue vicepresidente entre 2008 y 2016, bajo el gobierno de Barack Obama que en 2015 buscó y logró la reanudación de las relaciones diplomáticas con Cuba, en busca de favorecer una apertura política y económica en ese país a través de un mayor contacto con el exterior.

Fue en cierta forma, una relajación del absurdo bloqueo económico que Estados Unidos decretó contra la isla por necesidades estratégicas que desaparecieron junto con la "Guerra Fría" y la Unión Soviética en 1991.

La reanudación de relaciones diplomáticas entre los EEUU y Cuba llevó a una apertura económica que se reflejó sobre todo en el sector turístico de la isla. Fue una medida que del lado estadounidense no sólo alentó el turismo y los contactos sino el envío de remesas económicas de cubanos en EEUU a sus parientes de la isla.

Conjugó además, con una estrategia política que lleva a los EEUU a promover y auspiciar el surgimiento de actividad económica privada en otros países socialistas, como la República Popular China y Vietnam, y denunciada algunas veces como un intento de crear los principios de una oposición política.

Pero no resultó así con Cuba. La relación fue "enfriada" con el arribo de Donald Trump al poder y su regreso a lo que fue la actitud estadounidense entre 1961 y 1992, que brindó al gobierno cubano la oportunidad de convocar a la unidad frente a un enemigo palpable y real. 

La asunción de Biden y su retorno a una política de apertura hacia Cuba, correspondida por la reapertura económica cubana, coloca a los dos gobiernos en una situación novedosa: aunque haya fuerzas opuestas, particularmente en EEUU, ninguno de ellos parece tener interés en mantener la hostilidad hacia el otro. 

En ambos casos, la liberalización está motivada por necesidades políticas propias. Y en cierta forma, como dicen los españoles, "se juntan el hambre y las ganas de comer".

 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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