COLUMNA INVITADA

Lecciones de Seguridad Nacional

España está atrapada en la espiral de aumentos al precio de la energía eléctrica más grave de su historia

OPINIÓN

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Luis Miguel Martínez Anzures / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los precios de la electricidad al igual que de muchos productos de primera necesidad han ido en aumento en las vísperas del último mes del año, la inflación que azota muchas naciones del planeta deja testimonio de este postulado. Sobre este fenómeno de incrementos sustanciales en bienes y servicios, destaca el de la electricidad en España, no solo por el enfoque mediático que ha levantado, sino por la trascendencia que podría llegar a traer en los próximos meses y años este suceso. 

Hasta ahora, España se encuentra atrapada en la espiral de aumentos al precio de la energía eléctrica más grave de su historia. La semana pasada se alcanzó un precio promedio de 300 euros (7 mil pesos) el megavatio hora (MWh), el cual no sólo es el más alto jamás registrado, sino que resultaba inimaginable hace apenas un año. En enero ya se consideraba preocupante el haber roto la barrera de 50 euros por MWh; en julio se dispararon las alarmas al pasar de los 100 euros, y la nueva marca es simplemente inmanejable. Para colmo, institutos de análisis estiman de manera unánime que la escalada de precios continuará a lo largo de todo 2022, e incluso hay previsiones de que no se estabilizará sino hasta 2024.

Este fenómeno no se trata de meras cifras: el incremento de las tarifas eléctricas ha devastado la calidad de vida de millones de hogares, y para muchos ha sido el golpe de gracia en unas finanzas precarias. Las organizaciones que administran bancos de alimentos y otras formas de asistencia social conocen de primera mano el impacto entre los sectores más vulnerables: con la llegada del invierno, se ha disparado la demanda de donaciones de velas, linternas y colchas para afrontar el frío y la incapacidad de pagar el precio de alumbrarse. ¿Pero cuáles son las causas que han originado esta dramática situación?

Para empezar, es importante recordar que, en España, las empresas que controlan el mercado eléctrico —Endesa, Iberdrola, Repsol, Naturgy y EDP— achacan el alza de casi 500 por ciento a los incrementos en los precios del gas natural y a los impuestos cobrados por el Estado. Pero los hechos demuestran que España ostenta los precios de la electricidad más altos de Europa, pese a que toda la región enfrenta el mismo encarecimiento del hidrocarburo, y que estos aumentos no se han detenido, pese a las medidas fiscales y la reducción del IVA por parte del gobierno de Pedro Sánchez. De esta manera, el descontrol en las tarifas que cobra el oligopolio conformado por las compañías referidas debe explicarse por una peculiaridad hispánica: la entrega total de este sector estratégico a manos de compañías privadas y la completa desregulación del sector.

La gran lección que demuestra la experiencia española es que la indefensión de la sociedad de aquel país frente a la arbitrariedad de las empresas a las que se les entregó el sector eléctrico en las décadas de los 80 y 90, constituye un espejo en momentos en que México debate el futuro de su industria y encara dos alternativas de enormes consecuencias: por un lado, repetir la experiencia hispana de liberalización de una actividad estratégica para el desarrollo del país, por el otro, la recuperación de su rectoría y capacidad de planificación sobre esta infraestructura esencial para el desenvolvimiento de su potencial energético y el próspero funcionamiento de la vida de sus habitantes. La discusión no es un tema menor y debe analizarse en función de lo que le convenga más a la nación, pues es un tema de Seguridad Nacional.

POR LUIS MIGUEL MARTÍNEZ ANZURES
PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

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