Cuando parecía que el tema de Mario Aburto se cerraría tranquilamente en la mañanera con la explicación de Rosa Icela Rodríguez –asegurando que el asesino confeso de Luis Donaldo Colosio no estaba incomunicado y que se encontraba bien de salud-, el presidente decidió montarse en el tema y abrir otra puerta.
Andrés Manuel López Obrador interrumpió incluso al reportero que iniciaba otra pregunta y pausando sus palabras más que en otras ocasiones, apuntó:
"Sobre este tema…Yo creo que si la familia del señor Aburto/ y él mismo/ tienen algo que decir sobre su proceso/ que signifique otra versión sobre los hechos/, y si él puede expresar/, probar/, que fue torturado/, que está amenazado/ y que por eso ha guardado silencio…/; si es que existe otra versión/, el Estado mexicano lo protegería.
"Porque a nosotros --agregó el presidente desde Yucatán-/ sí nos interesa mucho/ el que no haya ninguna duda/, ninguna sospecha/ sobre este lamentable asesinato de Luis Donaldo Colosio…/, Fue una vileza lo que le hicieron./ Entonces/, sería un acto de justicia/ y, por lo mismo/, es un asunto de Estado.
"Si él estuviese dispuesto a contar su versión/, se le brindaría toda la protección/ a él/, a su familia/, si tiene algo que aportar/. Ahora, si las cosas sucedieron como están en el juicio/, lo único que nosotros estamos obligados a hacer/ es que no se le violen sus derechos humanos/. Y eso es un compromiso."
López Obrador sopesaba cada una de sus palabras. ¿Qué había detrás de ellas?, ¿A dónde quiere llegar? ¿Por qué reabrir ahora (27 años después el expediente del asesinato del ex candidato presidencial del PRI?
Dos respuestas reiteradas recibimos a las interrogantes:
1.-Es un distractor: Patear el bote hacia atrás, entretener a la sociedad ante la falta de resultados.
2.-Amenazas a algunos personajes del pasado: Está preparando el terreno hacia Carlos Salinas de Gortari y hacia varios políticos de entonces.
El tema Colosio, recuerdan, ha sido obsesión de Alfonso Durazo. Es parte de su agenda y el presidente la ha hecho suya.
Aquellos con quienes charlamos sobre el tema, consideran muy difícil que salgan a relucir otro tipo de pruebas pero, sea lo que sea que salga o diga Aburto, están ciertos de que AMLO lo utilizará para evidenciar a sus adversarios, reforzándose así él y su feligresía.
¿Quiénes más (además de Aburto, llegado el caso) se beneficiarían de abrir de nueva cuenta la puerta a lo ocurrido el 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas (Tijuana-Baja California)?
El ya mencionado Durazo, al igual que Agustín Basave. Pero más que ellos, quien vería su marca subir en términos políticos sería Luis Donaldo Colosio Riojas (hijo del ex candidato presidencial), actual presidente municipal de Monterrey.
GEMAS:
Obsequio de Banxico: Un ajolote en el nuevo billete de 50 pesos.
POR MARTHA ANAYA
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