DESDE AFUERA

Un nuevo gobierno para un EEUU dividido

La literal "rebelión" legislativa obligará a una extensa discusión, que probablemente durará días

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

A principios de 2021, Estados Unidos es el más poderoso, políticamente dividido y económicamente desigual de las democracias industriales del mundo", afirma el reporte 2021 sobre los mayores riesgos mundiales de la empresa de análisis Eurasia Group. 

Y en alguna medida, ese punto es un indicador de la problemática situación que enfrentará el nuevo presidente de ese país, Joe Biden, y su impacto internacional.

Biden asumirá el poder el 20 de enero, luego de lo que se espera será un fallido esfuerzo del aún presidente Donald Trump y sus aliados por al menos deslegitimar su elección y como máximo cancelar los resultados de las elecciones del 3 de noviembre por un fraude que sólo ellos ven.

Una docena de senadores, así como unos 140 diputados republicanos empujados por Trump, tratarán el miércoles 6 de enero de impedir la certificación legislativa del triunfo electoral de Joe Biden.

Pero las acusaciones de fraude y sus pruebas han sido rechazadas por todas las cortes. A cambio, los legisladores demandarán una "auditoría" de las votaciones en estados donde el resultado fue ajustado, con la idea de impedir un acto que normalmente sería una formalidad, pero ahora se transforma en un debate sobre el presente y el futuro de Estados Unidos. 

La literal "rebelión" legislativa obligará a una extensa discusión, que probablemente durará días, pero difícilmente y a pesar de las intenciones impedirá la toma de posesión de Biden, programada por ley para el 20 de enero.

En términos reales, sus posibilidades de triunfo son muy pocas, pero el intento servirá como una cuña más en la ya profunda división política que enfrenta el país.

El debate no tendrá más efecto que delinear tres campos. Uno, el demócrata –aunque con sus propios conflictos internos–, y los otros dos derivados en cierta forma del Partido Republicano: Un sector tradicional, que parece tratar de reclamar su sitio en la política estadounidense, tras haber sido desplazado por la popularidad de Trump y sus propuestas, y los trumpistas que bien podrían ser definidos como una derecha radicalizada alrededor de los reclamos nacionalistas y populistas del aún mandatario.

"Trump miente cuando afirma que le hicieron trampa en la elección", dijo Ian Bremer, director del Eurasia Group. "Pero a cambio les dice la verdad cuando dice que el sistema está arreglado en su contra", afirmó.

De hecho, buena parte de los actuales problemas políticos estadounidenses emanan de la percepción de injusticia económica y social en el país, y su impacto sobre la agenda política, especialmente en temas que como seguridad, migración y comercio tienen impacto en países que como México tienen una relación cercana.

La división y las complicaciones políticas estadounidenses no comenzaron con Trump –aunque las aprovechó– ni se resolverán con la toma de posesión de Biden, ni siquiera en su periodo presidencial. Pero lo que haga, si lo dejan, puede comenzar a aliviarlos. 

POR JOSÉ CARREÑO
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1