COLUMNA INVITADA

Jackson Pollock: lejos del caballete

Hace unos días visité el Museo Guggenheim de Nueva York y recorrí la exposición Away from the Easel: Jackson Pollock’s Mural

OPINIÓN

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Bernardo Noval/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Away from the Easel: Jackson Pollock’s Mural  se centra en la pintura más grande que Pollock elaboró y que forma parte de la colección del Museo de Arte Stanley de la Universidad de Iowa.

A inicios de la década de los 40 del siglo XX, Pollock aceptó un trabajo en el Museo de Pintura No Objetiva del magnate Salomon R. Guggenheim. En 1943, su sobrina Peggy Guggenheim acababa de abrir su segunda galería en Nueva York. Buscaba artistas emergentes norteamericanos y así colocó una obra de gran dimensión para el hall de entrada de su departamento y comisionó a Pollock.  

El artista pintó la obra Mural, y aunque en esa época todavía no trabajaba de manera consistente con lienzos sobre el piso, esta obra representa un momento crucial en su evolución estilística, pues muestra la influencia de los surrealistas y la obra de los muralistas mexicanos, entre ellos David Alfaro Siqueiros.

Varios años antes de que esta obra fuera creada, concretamente en febrero de 1936, Siqueiros llegó a Nueva York con una delegación de la Liga Mexicana de Artistas y Escultores Revolucionarios. En esta ciudad fundó también un taller “un laboratorio para la prueba de técnicas modernas en el arte”, al cual asistió Jackson Pollock

A parte de los encargos con fines políticos, el trabajo en este taller se concentraba en la modernización de la producción artística, mediante nuevas técnicas y procedimiento, probando nuevos soportes y mezclas de materiales, así como la invención de varias técnicas manuales de vertido y goteo. Con toda seguridad, Pollock encontró en ese taller el estímulo para llevar a cabo múltiples experimentos que, 10 años más tarde, se transformarían en la utilización del action painting, método preferido de su pintura y que con el tiempo se consolidaría como su contribución más significativa al arte de siglo XX.

A partir de 1947, Pollock llevaría esta técnica a su máxima expresión, al utilizar todo su cuerpo en su ejecución y verter sobre el lienzo, con la ayuda de un palo, chorros de pintura comercial de diversas latas, haciendo obsoletas las convenciones y herramientas de la pintura tradicional y afirmando varias veces que “en el suelo se sentía más cómodo, más cerca, más parte de la pintura, ya que de esta manera puedo caminar alrededor de ella, trabajar desde los cuatro lados y estar literalmente en la pintura”.

Seguramente, Siqueiros no fue el primero en utilizar el goteo y el chorreado como recursos plásticos, y  Pollock utilizó el dripping como técnica hasta 1943, pero la existencia, del laboratorio neoyorkino de Siqueiros nos recuerda que las vanguardias del siglo XXI no se condujeron en una sola dirección y que los artistas estadounidenses abrevaron de varias fuentes.

Siqueiros llevaba años planeando una colaboración con otros artistas donde estuvieran presentes las herramientas más modernas y materiales más novedosos de la época, para así pintar sin pinceles. Luego del taller experimental en Nueva York, Siqueiros describió la técnica a su novia, María Asúnsolo, en una carta fechada el 6 de abril de 1936, donde escribe: “Conseguimos crear el mar y no copiar el mar”.

POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
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