Columna invitada

Comenzar de Cero

Vivimos días complejos en un mundo donde las fronteras se han desdibujado

Comenzar de Cero
Georgina Trujillo/ Colaboradora/ Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Si analizamos los caminos que ha recorrido nuestro país en materia de política y economía los últimos 60 años, podemos afirmar que el gobierno que hoy vivimos no es producto de un avance, sino de la mutación del antiguo Partido de Estado, con sus viejos vicios y sus fantasmas.

Morena no fue una victoria democrática, más bien fue la inercia de un desgaste institucional, en cuyo movimiento, los oportunistas del viejo sistema encontraron un refugio dónde sobrevivir al voto ciudadano.

Dicho de otra manera: Nuestro gobierno es el resultado esperado y automático de aquello a lo que nos referimos como “más de lo mismo”. Andrés Manuel López Obrador no ganó la Presidencia a pesar de la “Mafia del Poder”, sino con el permiso y el respaldo de ella. Su lucha nunca trató de erradicar la corrupción, sólo aquella de la que sus familiares y allegados no participaban.

La intervención excesiva del Estado en el mercado, los sectores productivos institucionalizados, el manejo discrecional del presupuesto público, la estigmatización del capital y el hiperpresidencialismo; todas estas prácticas y políticas fallidas son producto de un sistema que vio su esplendor en los años cincuentas y sesentas del siglo pasado.

Hay que recordar las crisis económicas, la pobreza y la desigualdad que esas ideas también produjeron (o no resolvieron). Nuestro gobierno hoy comulga con todas ellas y ya está padeciendo los nefastos resultados.

Vivimos días complejos en un mundo donde las fronteras se han desdibujado. Un virus que ocurrió del otro lado del mundo alteró nuestra realidad y derribó nuestras máscaras para mostrarnos tanto lo que somos, como lo que no somos en este mundo globalizado.

Para nuestra desgracia, no somos una sociedad lo suficientemente responsable, ni visionaria para estar a la altura de las circunstancias. Somos un país adolescente que continúa su búsqueda por una identidad concreta. La hemos buscado en los extremos opuestos pero este año tenemos la oportunidad de encontrarla más bien en una equilibrada y sobria medianía.

¿Hasta dónde llega nuestra libertad? ¿Qué oportunidades tienen los ciudadanos para desarrollarse y crecer? ¿Qué seguridad tienen de sus derechos y cuáles son los alcances del Estado para vigilarlos y hacerlos valer? ¿Qué tipo de modelo económico define nuestro desarrollo y cómo llegaremos a él de manera sustentable?

En el centro de nuestra cabalidad están las respuestas que necesitamos. Gracias a gente cabal se lograron aciertos en el siglo pasado: la alfabetización, nuestro aparato electoral o el avance de las telecomunicaciones son algunos ejemplos de cosas que se hicieron bien. Hoy nos urge descifrar la Modernidad de una vez por todas.

Comienza un nuevo año en el que toca defender nuestros aciertos, pero también desechar los errores para reinventar y crear nuevos principios.

Buscar nuevos caudillos y mesías autonombrados significa caer de nuevo como víctimas de sus visiones anticuadas del futuro. El camino parece ser más bien un proyecto más democrático e incluyente. Una coalición que se construya desde el centro y nos garantice que, de aquí en adelante, los fanatismos políticos quedarán atrás.

POR GINA TRUJILLO
COLABORADORA
@GINATRUJILLOZ

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