COLUMNA INVITADA

Adolfo Ruiz Cortines: la austeridad republicana

La dominación plena del Sistema Político que mantuvo es irrepetible y, el tratar de consolidar el poder unipersonal desapareciendo organismos constitucionales autónomos es equivocado

OPINIÓN

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Alfredo Ríos Camarena/ Columna Invitada/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Pocos gobiernos del Siglo XX han tenido un cuidado acucioso del manejo de la hacienda pública; don Adolfo Ruiz Cortines fue un hombre dedicado a la contabilidad y a la estadística, y de una conducta personal recta y honesta. Su gobierno se caracterizó por contener el gasto público exacerbado y darle un cauce de serenidad a los mandos gubernamentales, su austeridad republicana es legendaria.

Nunca se esperó que él fuera el ungido presidencial, pues, los grupos del “alemanismo” se inclinaban por Fernando Casas Alemán, quién a la sazón fungía como jefe del Departamento Central, no obstante, el Presidente Alemán entendió que era necesario poner un freno a sus propios amigos y compañeros, pues muchos de ellos abusaron, se enriquecieron con contratos gubernamentales y no ocultaron su frivolidad y derroche.

Ruiz Cortines impulsó programas económicos como La Marcha al Mar, la prohibición de los contratos-concesión en materia energética y, desde el principio de su gobierno, propuso la iniciativa que finalmente le dio el voto universal al género femenino.

Al final de su gobierno se vio empañado por las demandas de la insurgencia obrera encabezadas por Demetrio Vallejo en los ferrocarriles, Othón Salazar con los maestros, que se aliaron en agosto de 1958 al gran movimiento estudiantil, que surgió a partir del alza al transporte camionero en el Distrito Federal. Los que participamos en ésta gesta, fuimos bien tratados y respetados por el Presidente Ruiz Cortines, que siempre tuvo la afabilidad y la serenidad en su trato con el pueblo de México. No obstante, don Adolfo concentró el poder político como nadie lo había hecho anteriormente; con mano suave controló a todas las fuerzas del entramado político nacional y, finalmente, engañó –como el viejo zorro que era— a toda la clase política que pensaba que el candidato a la Presidencia sería el nayarita Gilberto Flores Muñoz o el veracruzano Ángel Carvajal; no fue así, Ruiz Cortines impulsó a un joven talentoso y carismático, como lo fue Adolfo López Mateos.

López Obrador también ha querido controlar unipersonalmente el Sistema Político Mexicano, sin embargo, las condiciones ya no son las mismas; la democracia llegó para quedarse y existen fuerzas de diversas corrientes que obedecen a principios diferentes; el pluripartidismo llegó para instalarse a plenitud desde hace varios sexenios; el feminismo que inició don Adolfo se ha convertido en un movimiento político de enorme magnitud, que el Presidente López Obrador no ha sabido controlar, a pesar de las múltiples oportunidades administrativas y políticas que ha dado al género femenino; las mujeres siguen siendo una gran fuerza para cambiar la estructura del Sistema.

También López Obrador ha querido detener el gasto público inconsistente y frívolo, combatiendo la corrupción y reorientando el gasto, sin embargo, sus  estrategias contradictorias no han dado resultados favorables al pueblo de México, agravándose nuestra situación con la pandemia feroz que nos amenaza.

La dominación plena del Sistema Político que mantuvo Ruiz Cortines es irrepetible y, el tratar de consolidar el poder unipersonal desapareciendo organismos constitucionales autónomos es equivocado, pues ya cobró carta de naturalización en la sociedad mexicana la función de algunos de ellos, particularmente la del INAI.

El sistema que hoy vivimos es diferente, el poder absoluto del Presidente no debe volver a existir; pues, los gobiernos autoritarios han fracasado cuando pretenden imponer el pensamiento único. Eso explica –entre otras cosas— la derrota del xenofóbico Donald Trump.

POR ALFREDO RÍOS CAMARENA
CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM