DEFINICIONES

Desmemoriado Calderón

El expresidente perdió la memoria; le estorbaba para su siguiente acto electoral

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El expresidente perdió la memoria, o la guardó en un cajón; le estorbaba para su siguiente acto electoral.

Tras descarrilarse México Libre, la organización que él y Margarita Zavala encabezan, y quedar marginados de la boleta electoral en 2021, Felipe Calderón debió borrar sus recuerdos, tragar sapos o hacer a un lado su orgullo. O las tres cosas. Fue a tocar la puerta del PAN, el partido que hace dos años abandonó despotricando. Era eso o el retiro de la vida política.

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“El PAN necesita un golpe de timón para recuperar principios, democracia, etc. Pero ese golpe de timón no puede darse con los mismos que han ignorado los principios, cancelando prácticas democráticas y hundido al PAN a su peor nivel en 30 años. #MarkoNunca”, tuiteó el 12 de octubre de 2018.

Un mes más tarde, al renunciar a su militancia, y aun con el golpe electoral de los comicios de 2018 fresco, siguió con la andanada.

“Porque, cancelada la democracia interna, es imposible revertir por mecanismos democráticos la actual situación y la elección interna sólo corrobora ese control envilecedor, siendo la próxima dirigencia una fiel expresión de la corrupción, la mediocridad y la manipulación que la ciudadanía ha castigado severamente en las urnas… por las razones antes expuestas renuncio a mi militancia”, escribió.

El nuevo dirigente, al que acusó de ser “fiel expresión de la corrupción, la mediocridad y la manipulación” se llama Marko Cortés, a quien ahora ha ido a tocar la puerta.

Resulta curioso, por decir lo menos, que un par de años después de los desplantes, el expresidente acuda al actual presidente del PAN, a quien también llamó traidor, corrupto e hipócrita. Nadie se asusta. Así es la política para algunos; un asunto de conveniencias, no de convicciones; de sumas y restas, y cálculo para hacerse de poder, no necesariamente de congruencia.

A Calderón lo sacaron de la jugada y para volver al ruedo, debió ir al sitio del que ya se había ido. Con las elecciones de 2021 a la vuelta de la esquina, y una oposición noqueada que no termina de levantarse de la lona, Cortés le ha tendido la mano. Se necesitan mutuamente. Separados, entregarían una cómoda mayoría en San Lázaro al presidente López Obrador. Ya en 2018 le pusieron la mesa. Juntos, con todo y malabares, pueden aspirar a salvar el decoro electoral.

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De los agravios personales, preferirán no hablar. Pausa, que son tiempos de ambiciones electorales. Si ese regreso es una demostración de oportunismo político, la unión del calderonismo -vía el PAN- con el PRI, al que tendrán como aliado común, es la visible muestra del retiro de caretas y la pérdida de pudor. Por eso, la memoria y los principios, quedarán guardados en el cajón. El pleito se desactiva, por ahora. Pero pasados los comicios, regresará. Porque los aliados de hoy, volverán a ser los adversarios del futuro. Que nadie se llame a sorpresa. Basta revisar la historia reciente para presagiar lo que vendrá.