COLUMNA INVITADA

Iniciativa en favor de los migrantes

Ricardo Monreal propone reformar la Ley del Banco de México para que los dólares puedan repatriarse de manera más económica, segura y eficiente

OPINIÓN

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Mauricio Farah / Todos Somos México / Columna InvitadaCréditos: Especial

Interesado desde hace años en los derechos humanos de las personas migrantes, me llama la atención el siguiente escenario: imagine usted que nuestros paisanos que traen a México dólares en efectivo no puedan cambiarlos por pesos porque los bancos en nuestro país no compran dólares.

En este hipotético escenario, los millones de dólares en efectivo que traen al país los migrantes cada año (374 millones, en 2019, y alrededor de 400, en 2020), no les servirían a sus familiares ni llegarían a sus comunidades.

Esta circunstancia, hoy hipotética, podría ser real debido a una historia que viene tejiéndose desde 2012, cuando Estados Unidos empezó a imponer restricciones al retorno de dólares desde

Interesado desde hace años en los derechos humanos de las personas migrantes, me llama la atención el siguiente escenario: imagine usted que nuestros paisanos que traen a México dólares en efectivo no puedan cambiarlos por pesos porque los bancos en nuestro país no compran dólares.

En este hipotético escenario, los millones de dólares en efectivo que traen al país los migrantes cada año (374 millones, en 2019, y alrededor de 400, en 2020), no les servirían a sus familiares ni llegarían a sus comunidades.

Esta circunstancia, hoy hipotética, podría ser real debido a una historia que viene tejiéndose desde 2012, cuando Estados Unidos empezó a imponer restricciones al retorno de dólares desde México con el argumento de impedir operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Así, cada vez es más difícil que los dólares que los migrantes traen y que cambian por pesos en bancos, puedan ser repatriados a EU, lo que propicia que se acumulen aquí, prácticamente sin valor para nadie.

Cabe apuntar que sólo 15 por ciento de los dólares que entran al país en efectivo son comprados a los bancos por quienes demandan la divisa, por lo que el restante 85 por ciento debe, o debería, repatriarse a la Unión Americana.

Pero los bancos estadounidenses, algunos ya sancionados por incumplir la normatividad sobre operaciones con recursos de procedencia ilícita, cada vez son más reticentes a recibir los dólares de bancos mexicanos. Y si éstos no pueden repatriarlos ni venderlos, no es remoto que consideren dejar de comprarlos.

Si eso llega a suceder, se afectaría a las personas migrantes que traen dólares en efectivo, así como a sus familias y localidades, que perderían esos recursos, y eventualmente surgirían mercados negros, en los que se pagaría menos por los dólares, que además no serían rastreables para la autoridad fiscal.

Estos son los escenarios que busca prevenir la iniciativa que el senador Ricardo Monreal presentó hace unos días y que propone reformar la Ley del Banco de México para establecer un mandato de ley con el fin de que el Banxico y las secretarías de Hacienda y de Relaciones Exteriores suscriban instrumentos internacionales con las autoridades estadounidenses para que los dólares puedan repatriarse de manera más económica, segura y eficiente, ya sea directamente por el Banxico o para que cada banco lo haga por su cuenta.

La iniciativa propone también que cuando quede un remanente de dólares sin poder repatriarse a EU, Banxico los compre y los integre a sus reservas internacionales o los envíe a ese país en el marco de reglas muy estrictas de verificación y control para asegurar que sólo dólares limpios puedan ser comprados y repatriados a aquella nación.

Una medida como esta, útil y solidaria con quienes tanto aportan al país a través de sus remesas, protegería los ingresos de las personas migrantes y de sus familias, al tiempo que beneficiaría a comerciantes o prestadores de servicio que reciben también dólares en efectivo tanto en la franja fronteriza como en las zonas turísticas.

con el argumento de impedir operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Así, cada vez es más difícil que los dólares que los migrantes traen y que cambian por pesos en bancos, puedan ser repatriados a EU, lo que propicia que se acumulen aquí, prácticamente sin valor para nadie.

Cabe apuntar que sólo 15 por ciento de los dólares que entran al país en efectivo son comprados a los bancos por quienes demandan la divisa, por lo que el restante 85 por ciento debe, o debería, repatriarse a la Unión Americana.

Pero los bancos estadounidenses, algunos ya sancionados por incumplir la normatividad sobre operaciones con recursos de procedencia ilícita, cada vez son más reticentes a recibir los dólares de bancos mexicanos. Y si éstos no pueden repatriarlos ni venderlos, no es remoto que consideren dejar de comprarlos.

Si eso llega a suceder, se afectaría a las personas migrantes que traen dólares en efectivo, así como a sus familias y localidades, que perderían esos recursos, y eventualmente surgirían mercados negros, en los que se pagaría menos por los dólares, que además no serían rastreables para la autoridad fiscal.

Estos son los escenarios que busca prevenir la iniciativa que el senador Ricardo Monreal presentó hace unos días y que propone reformar la Ley del Banco de México para establecer un mandato de ley con el fin de que el Banxico y las secretarías de Hacienda y de Relaciones Exteriores suscriban instrumentos internacionales con las autoridades estadounidenses para que los dólares puedan repatriarse de manera más económica, segura y eficiente, ya sea directamente por el Banxico o para que cada banco lo haga por su cuenta.

La iniciativa propone también que cuando quede un remanente de dólares sin poder repatriarse a EU, Banxico los compre y los integre a sus reservas internacionales o los envíe a ese país en el marco de reglas muy estrictas de verificación y control para asegurar que sólo dólares limpios puedan ser comprados y repatriados a aquella nación.

Una medida como esta, útil y solidaria con quienes tanto aportan al país a través de sus remesas, protegería los ingresos de las personas migrantes y de sus familias, al tiempo que beneficiaría a comerciantes o prestadores de servicio que reciben también dólares en efectivo tanto en la franja fronteriza como en las zonas turísticas.

POR MAURICIO FARAH
@MFARAHG