SIN FILTROS

Nuestro talón de Aquiles

El 15 de noviembre, retratando la vida de mujeres que hicieron historia, la 4º temporada de la aclamada serie 'The Crown', llegó a la pantalla

OPINIÓN

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María Milo / Sin Filtros / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Nunca fui fan de las temporadas anteriores, pero la historia de Margaret Thatcher y Lady Di parecía ser algo que no me podía perder. El día del estreno decidí aliviar el domingo de bajón con los primeros capítulos de esta serie. La narración y la producción me parecieron impresionantes pero hubo algo dentro de la historia que no pude pasar por alto. 

A través de la serie podemos ver a la reina Isabel, a Margaret Thatcher, a Lady Di y a la princesa Margarita conviviendo en su día a día. Fueron y son personas que tuvieron una cantidad enorme de poder, y demostraron que las mujeres son capaces de trabajar y hacer historia. Sin embargo, algo que me impactó enormemente fue lo que yo llamaría nuestro "talón de Aquiles".

Siempre he pensado que la mejor manera para despreciar a una persona es comparándola. Vivimos en un mundo donde las mujeres luchamos todos los días por adquirir igualdad y ser valoradas, pero nunca podremos alcanzar esta meta si seguimos considerándonos rivales entre nosotras. 

Las mujeres que son retratadas en The Crown son ejemplos admirables de valentía, perseverancia, disciplina; pero es triste ver cómo aún a pesar de que tenían todo en sus manos para impulsarse y apoyarse entre ellas, se envidiaban. Cuando una lograba algo, las otras se sentían amenazadas. Cuando una se equivocaba, las demás la criticaban. 

Khalil Gilbran dijo una vez que “El silencio del envidioso está lleno de ruidos”. En el caso de las mujeres, ese ruido está infectado con lo que siempre nos han enseñado, que si la otra brilla, tu luz ya no será vista. Que entre nosotras siempre habrá competencia, y que la única manera de llegar hasta arriba, será haciéndolo a costa de las demás.

Pero toda esta lógica carece de sentido, porque nos aplasta la autoestima y nos hace sentirnos inferiores ante la luz de las demás. ¿Cómo queremos llegar a la cima, si entre nosotras mismas nos tiramos de las escaleras? ¿Cómo queremos trascender, si al voltear a ver el logro de otra mujer, la envidiamos en vez de admirarla y usar su ejemplo como motivo de superación? ¿Cómo queremos volar si nos olvidamos de valorar nuestras propias alas al sólo voltear a ver las de las demás? Es cierto que siempre se envidia lo que brilla, pero ¿qué pasaría si las mujeres entendiéramos que hay lugar para el brillo de todas? ¿Qué sucedería si agradeciéramos nuestras alas e impulsáramos las de nuestras hermanas?

Margaret Thatcher logró ser la primera mujer que ocupó el cargo de primer ministro en Inglaterra. Lady Di demostró que la vulnerabilidad te hace más fuerte, y no todo lo que brilla es oro. La reina Isabel enseñó al mundo que liderazgo es escuchar y nunca dejar de aprender, y la princesa Margarita instruyó a las personas que sin un sentido de vida, nada ni nadie será suficiente.  

Todas fueron mujeres que cambiaron un capítulo de la historia, pero lo cierto es que si hubieran dejado la envida de lado, podrían haber cambiado el libro completo.  Podemos hacer un cambio, pero debemos vencer nuestro "talón de Aquiles".

 

POR MARÍA MILO
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