Además de haber manipulado el proceso para la elección judicial en Coahuila, Manolo Jiménez enfrenta en su estado serios problemas de gobernabilidad, así como en materia de procuración de justicia y orden público.
A finales del año pasado, nombró fiscal a Federico Fernández, quien no había cumplido ni un año como titular de la seguridad estatal y, desoyendo las recomendaciones del gabinete federal, impuso en su lugar a Hugo Gutiérrez.
Ambos forman parte del mismo equipo y han trabajado juntos desde hace tiempo. Sin embargo, lejos de contribuir a poner orden en el estado, son parte de los problemas que el gobernador no ha podido resolver.
De acuerdo con políticos locales y figuras de la vida pública, Federico mueve sus hilos para posicionarse como candidato a la gubernatura.
Sueña en convertirse en el sucesor de Manolo, aunque faltan más de cuatro años. Aun así, se mueve como si estuviera en campaña, sin importarle el pasado que lo persigue.
Como exfuncionario de la fiscalía y de otras áreas, sobre su espalda pesan acusaciones vinculadas con la “Masacre de Allende”, la de una cárcel en Piedras Negras y la de Loma Linda en Saltillo.
También se le relaciona con una empresa de seguridad que realizó negocios millonarios con gobiernos municipales y del estado.
Pero eso no es lo peor. A su sucesor en Seguridad, Hugo Gutiérrez, periodistas locales e integrantes de la oposición lo vinculan con el cobro de piso a negocios y pequeños comercios, especialmente en Saltillo, una práctica que antes sólo operaba la delincuencia organizada generando ganancias millonarias.
Sea como sea, Manolo ha dicho a los suyos que metería las manos al fuego por ambos funcionarios, algo que los coahuilenses entienden, pues Federico se ha convertido en su principal apuesta para relevarle en el cargo en 2029.
El mandatario busca repetir la misma fórmula que le funcionó cuando el entonces gobernador Miguel Riquelme lo comenzó a preparar como su sucesor en 2017, poco después de asumir el cargo.
Ahora, Jiménez pretende mantener el control político a toda costa: marginando a varios aliados de su partido, otorgando libertad total al fiscal y a su secretario de Seguridad, manipulando la elección judicial y (como si nadie supiera del desorden en la entidad) intentando coquetear con Morena.
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DICEN LOS QUE DICEN QUE SABEN que la familia de Alejandro Moreno Cárdenas radica ya en Estados Unidos. Lo único que no saben es si están en Houston o Miami, en donde hay indicios de que su hermano, Emigdio, compró algunas propiedades.
El dato viene a cuento porque es muy probable que diputados federales activen el proceso para su desafuero.
El campechano dijo en su momento que no le han encontrado nada que lo vincule con algún delito, pero tiene un expediente abierto en la Fiscalía, de Alejandro Gertz, por peculado de 45 mil millones de pesos.
No hay que olvidar los autos McLaren y los Lamborghini que son de su propiedad, según Layda Sansores. Tampoco las perreras con aire acondicionado, que no eran perreras, ubicadas en una de sus casas y que, según lo que se ha publicado, eran almacenes para guardar dinero en efectivo.
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SE COMPLICA EL PANORAMA para la oposición en Veracruz, de cara a la elección del 1 de junio. De los 212 municipios, por ejemplo, el PAN apenas gobierna 12.
Hay una clara tendencia a desaparecer, en la que no se ve una estrategia clara de sus dirigencias nacional y local, encabezadas por Jorge Romero y Enrique Cambranis.
Tan complicado está el panorama que el senador Miguel Ángel Yunes busca piratear a varios panistas para imponerlos como candidatos de Morena. Falta ver si la gobernadora Rocío Nahle lo deja.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “¡Tranquilos! En Coahuila no hay crisis de seguridad... sólo un ‘nuevo modelo de negocios’”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
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