Finalmente, la Cámara de Diputados mandó a la congeladora la iniciativa de reforma a la Ley del Banco de México aprobada por el Senado de la República. Bueno, en realidad la instrucción les llegó de Palacio Nacional.
Lavado de dinero, financiamiento al terrorismo y la advertencia de que excluyan a México del Sistema Internacional de Pagos fueron argumentos de todos los involucrados, empezando por Banxico, la Asociación de Bancos de México, la Unidad de Inteligencia Financiera y otros organismos financieros y empresariales, que influyeron en la decisión. Unos duramente y otros con delicadeza, le entraron a la discusión. El titular de la UIF, Santiago Nieto, se pronunció porque la Reforma a la Ley de Banxico se analice en una discusión más amplia y técnica que permita enfrentar el problema de los dólares en efectivo y la necesidad de su incorporación, sin necesidad de generar riesgos de lavado de dinero.
Los cupuleros, agrupados en el Consejo Coordinador Empresarial, se pronunciaron por la necesidad de una discusión a fondo, con responsabilidad y prudencia; “confiamos en que en el proceso de análisis y discusión de la iniciativa en la Cámara de Diputados, habrá oportunidad de plantear todas las visiones y alcanzar una solución positiva para todas las partes”. El clásico discurso crinolina, pues. El secretario de Hacienda, quien no se había pronunciado sobre la reforma, aplaudió la instrucción de Palacio, perdón, la decisión de los diputados.
Quien no dijo ni pío fue el exsecretario de Hacienda y exgobernador del Banco de México y ahora gerente del Banco de Pagos Internacionales, algo así como el papá de los bancos centrales de todo el mundo. Aunque dicen los que saben que estuvo haciendo olas tanto en EU como en Europa, para que alguien les explicara a los de la 4T que la están regando. Como se ha vuelto costumbre en los asuntos espinosos, los diputados sugirieron crear mesas de diálogo para analizar a fondo la controvertida ley.
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AGENDA PREVIA
El presidente electo y vocero de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos, Luis Eduardo González, dijo que la información consignada en el Catálogo de Plaguicidas, que clasifica al glifosato como no carcinogénico, debe seguir siendo la base para la toma de decisiones de tipo regulatorio, puesto que el catálogo se basa en evidencia científica y no en decisiones arbitrarias y de carácter subjetivo; mucho menos en la ignorancia, agregan los agroyuppies.
González Cepeda enfatizó que el uso de herbicidas como el glifosato deben utilizarse siguiendo al pie de la letra la información del etiquetado. Añadió que en el proyecto de decreto publicado el 9 de diciembre del presente año por la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria, se instruye a las secretarías de Agricultura y de Medio Ambiente a encontrar otras alternativas al glifosato, incluyendo “otros agroquímicos de baja toxicidad”. ¡Pero qué necesidad!
POR LUIS SOTO
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