Hace 13 años y también en octubre, por cabalístico que parezca, ocurrió la misma inundación, y por las mismas razones: las lluvias “extraordinarias” (como si tuviéramos un protocolo específico que la Naturaleza debiera seguir) y la insuficiencia de la presa Peñitas ahogaron a Tabasco.
Se desbordó el Grijalva, fue desfogada la presa para que no reventara y, así, se inundó 80% del estado. Ello dejó un saldo de millones de personas aisladas, porque también se interrumpieron las vías de comunicación, incluso los vuelos, en el estado sureño.
Un año después el Senado de la República elaboró el diagnóstico Informe de las Inundaciones de 2007 en el estado de Tabasco, en el que urgía a realizar obras de infraestructura hidráulica de control –entre otras cosas– para evitar catástrofes similares. Sin embargo, no se realizaron y el resultado lo conocemos todos hoy. Tal vez hubiera servido a Tabasco voltear a ver un caso similar en el Estado de México donde, en contraste, sí se creó la infraestructura hidráulica necesaria para evitar inundaciones constantes, que también registró tres eventos dramáticos.
En 2000, 2010 y 2011, se rompieron muros y bordos de contención y se desbordó el canal de aguas negras La Compañía, lo cual, además de las afectaciones materiales en miles de viviendas de Valle de Chalco Solidaridad –zona poblacionalmente densa–, generó un problema de salud pública por el contacto con los residuos contaminados. En el desbordamiento de 2010, por ejemplo, se calculaba que pasaron del canal a la sala y recámaras de miles de familias unos 6 mil litros de aguas negras por segundo. El problema se repetía año con año.
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Muchos diagnósticos se hicieron también de esas inundaciones. La diferencia, es que en el año 2014 aquí sí cuajó la recomendación. La Comisión Nacional del Agua destinó casi 2 mil 300 millones de pesos (eso representa, por ejemplo, el 6% de la inversión total del Túnel Emisor Oriente) para construir el Túnel Canal General.
Esta obra, de 7.9 kilómetros de longitud y una capacidad de desfogue de 20 mil litros por segundo, tiene ya dos años operando y casi uno de haberse concluido en su totalidad y entregado formalmente. La supervisión del proyecto ejecutivo y de la construcción de esta infraestructura corrió a cargo de SUCOCO, empresa experimentada en la gestión de estos trabajos en materia hidráulica.
El Túnel Canal General (obra de control hidráulico, como las que no existen en Tabasco pese a que se previeron y urgieron hace 13 años) se conecta con el Túnel Río La Compañía y éste, al final, desfoga en el Dren General, que saca –casi– todo lo malo del Valle de México.
A fines de 2018, el año pasado y éste no se han registrado inundaciones en Valle de Chalco Solidaridad por este motivo. Se calcula que unos 4 millones de personas del área se ven beneficiadas, pues el problema de insalubridad por la contaminación con aguas negras tiene ese radio.
Desde el Edomex, un ejemplo de ingeniería hidráulica en el que, tal vez, deberían fijarse todos aquellos responsables de mantener a Tabasco a nivel.
POR HUGO CORZO.
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