OPINIÓN EL HERALDO DE MÉXICO

Ajuste de modelo para las Fuerzas Armadas

En México la arquitectura de defensa es completamente diferente al de otros países: No hay un Ministerio de Defensa, sino dos

OPINIÓN

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Iñigo Guevara Moyano / Director de la compañía Jane's en Washington, DC. / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El arresto del General Salvador Cienfuegos ha desatado una serie de opiniones sobre la necesidad de reformar las instituciones que administran a las fuerzas armadas, incluso la necesidad de un cambio hacia un liderazgo civil.  Esta columna busca analizar los argumentos de solidez detrás de la arquitectura institucional y en todo caso, alejado de una total reingeniería, proponer ajustes estratégicos.   

Para entender la arquitectura de Defensa, en la mayoría de los países, el modelo tradicional está basado en una sola Secretaría o Ministerio de Defensa, encabezada por un civil (político), designado por el gobierno en turno para dirigir la política de Defensa, que, por lo general, tiene un fuerte componente de política exterior. Está compuesto en su mayoría por personal civil de carrera, complementado por personal militar en comisiones de enlace o asesoría.   

Las Fuerzas Armadas se separan tradicionalmente en ejército de tierra, marina de guerra y fuerza aérea; estas tres fuerzas por lo general cuentan con peso idéntico dentro de un Estado Mayor Conjunto, en donde se elige (en ocasiones rotativa) a un comandante en Jefe del EMC (CJEMC).  Es la máxima autoridad militar, a cargo de la función operativa de las fuerzas armadas. Ese es el modelo tradicional. 

En México la arquitectura de Defensa es completamente diferente al de otros países: No hay un Ministerio de Defensa, sino dos (Sedena y Semar); a diferencia de las demás secretarías de Estado, todo el personal que labora en ellas, al igual de quien la encabeza, son militares. Desde el punto de vista de la administración pública, son individuos que han desarrollado toda su carrera en un sistema meritocrático diseñado para favorecer al talento por encima de los compadrazgos; este sistema ha permitido que ambas secretarías permanezcan apolíticas y apartidistas.

En México, por ahora, dos (instituciones) es mejor que una, y militares en activo con experiencia y solidez profesional son mejor opción que políticos civiles con ambición y partido. Es momento para que tanto Sedena como Semar identifiquen ajustes que fortalezcan la transparencia y confianza, tanto interna como externa. Algunas ideas en este camino:

  • Crear un servicio civil de carrera ad hoc, que atraiga a civiles especialistas en administración pública y permita en el largo plazo relevar a militares de funciones burocráticas. 
  • Crear una Comandancia del Ejército y otra de la Armada (la Fuerza Aérea ya cuenta con una), cuyos comandantes estén encargados de funciones operativas, con una línea divisoria entre función política e institución armada.  
  • Fortalecer la comunicación en materia de transparencia y rendición de cuentas. Desde luego que, en instituciones como Sedena (con 244 mil plazas) y Semar (con 74 mil), hay errores y omisiones, transparentarlas ayuda a fortalecer la confianza interna y externa. 
  • Finalmente, en cuestión de cooperación internacional -aquí viene la prueba de fuego- ante la coyuntura (caso Cienfuegos), en vez de aislar o limitar la cooperación, la opción viable es redoblarla. Sí, responder al escándalo con apertura para demostrar que no hay nada que esconder, callará a detractores

 

POR IÑIGO GUEVARA MOYANO

DIRECTOR DE LA COMPAÑÍA JANE'S EN WASHINGTON, DC