Hugo López Gatell

Desastrosa comparecencia

De uno y otro lado buscaron reventar la comparecencia. Los panistas, con burlas hirientes; Gatell y morenos, no se dejaron

Desastrosa comparecencia
Martha Anaya/ Alhajero/ Opinión El Heraldo de México

No hubo manera. Era evidente que en cualquier momento reventaría la comparecencia del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, y del titular de la Cofepris, José Alonso Novelo.

Ya sabemos del estilo provocador del rockstar de la 4T –que, por supuesto, hizo lo propio–; pero vaya que las senadoras del PAN Martha Cecilia Márquez Lilly Téllez se esmeraron también para que la comparecencia ante la Comisión de Salud terminara interrumpiéndose por “no haber condiciones de civilidad”.

Tal cual lo decretó el doctor y senador por Morena Miguel Ángel Navarro luego de atestiguar cómo las panistas ofendían y se burlaban de los invitados, sobre todo de López-Gatell, a quien en plena tribuna obsequiarían –a manera de cetro al “pequeño virrey de las ideologías”– un bastón para invidentes (por su ceguera ante la pandemia) y mostrarían a sus espaldas, cual si fueran etiquetados, leyendas con “Exceso de ineptitud”, “Exceso de soberbia”.

Esa fue la manera como los blanquiazules reventaron la comparecencia –de eso se trataba, evidentemente–, pues para ese momento, hora en que el subsecretario iniciaba sus respuestas (irónicas) a los cuestionamientos de los senadores de las distintas fuerzas políticas, la bancada blanquiazul abandonaba sus escaños.

Ahí terminó el episodio en el que López-Gatell aún alcanzó a manifestar su orgullo de “satisfacer las expectativas del Presidente” porque estaba convencido de que la justicia social era el pilar de su gobierno y señalar a la oposición de sufrir “disonancia cognositiva”.

Desastroso por donde se le viera.

 

PORFIRIO, MUY OFENDIDO

Si en algún momento hubo posibilidades de que Mario Delgado y Porfirio Muñoz Ledo llegaran a un acuerdo para la dirigencia de Morena, éste se complicó, luego del rosario de ofensas lanzadas de uno y otro lado.

“¡Ellos me injuriaron!, me ofendieron por terceras personas; me han atacado en lo más íntimo de mi ser y eso no se vale (lo acusaron de acosador, enviaron mensajes infames y le montaron una protesta feminista con ese motivo)… Fue una injuria tan íntima, tan soez, ¡estoy muy ofendido”, reprochó Porfirio.

El hombre que entregó la banda presidencial a López Obrador respondió a las ofensas en una conferencia en la que no bajó a Mario de mediocre, pandillero, Judas, dueño del dedazo, adulador, anciano prematuro, mentiroso, hombre de plastilina, ambicioso del poder, diputado pirata con cara de Mussolini, pero sin columna vertebral… La catilinaria de Porfirio fue impresionante. A cada pregunta correspondía una buena andanada contra el jefe de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados:

—¡Que este estúpido me diga que no soy demócrata…! Este cuate que no sabe ni cuántos artículos tiene la Constitución…  Y por ahí siguió…

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POR MARTHA ANAYA
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