Los binomios caninos, compuestos por un perro y su guía o manejador, son cruciales en el ámbito de la seguridad y la policía. Estos equipos especializados permiten realizar una amplia gama de tareas, desde la detección de drogas y explosivos hasta la búsqueda de personas desaparecidas y la intervención en situaciones de crisis.
La capacidad olfativa y la agilidad de los perros, combinadas con el entrenamiento y la habilidad de sus manejadores, hacen que estos binomios sean una herramienta invaluable en la prevención del crimen y el mantenimiento del orden público. La sinergia entre el perro y su guía no solo optimiza la eficacia de las operaciones de seguridad, sino que también mejora la seguridad de los agentes y la comunidad en general.
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En entrevista con Alejandro Cacho y Paulina Greenham para el programa de Esta Mañana, María de los Ángeles Salinas Pérez, Capitán de Fragata del Servicio de Administración e Intendencia y Edén Flores Mayoral, Capitán de Corbeta Aeronáutica Naval Técnico en Mecánica de Aviación, detallaron cómo es que se protegen los derechos de estos binomios.
Cuidado y atención de los binomios caninos
La Capitán de Fragata, María de los Ángeles Salinas Pérez, destacó que bajo su liderazgo, el Estado Mayor General de la Armada supervisa un equipo especializado en el manejo de estos valiosos colaboradores. La Capitán Salinas reveló que la Armada cuenta con 320 binomios caninos, distribuidos estratégicamente para diversas operaciones que incluyen la protección del estado de derecho y la seguridad interior.
Estos equipos no solo juegan un papel esencial en la detección de narcóticos y explosivos, sino que también brindan apoyo en situaciones de desastre y operaciones de búsqueda y rescate con Protección Civil, ayudando a localizar personas atrapadas bajo escombros.
Salinas destacó que la capacitación de estos perros es un proceso profundamente humano y meticuloso, diseñado para asegurar el máximo rendimiento en situaciones críticas: "desde su nacimiento, los cachorros son sometidos a una fase de adaptación en el criadero, donde se familiarizan con diferentes ambientes, sonidos y personas. Esta primera etapa es crucial para su desarrollo como elementos caninos sociales y efectivos", dijo la capitán.
Destacó que el siguiente paso en su formación es la fijación del atractor, donde se les enseña a identificar objetos específicos, como pelotas o juguetes, que servirán como metas durante sus búsquedas. Este entrenamiento es fundamental para que los perros establezcan una conexión clara entre el objetivo y el premio.
Acotó que los caninos son entrenados en la identificación de aromas, utilizando pseudo aromas que imitan las sustancias reales que podrían encontrar en escenarios de desastre. En un ejercicio especialmente elaborado, los entrenadores simulan situaciones de atrapamiento bajo escombros, permitiendo que los perros detecten los aromas que se liberan a medida que el cuerpo humano experimenta estrés.
"La fijación del atractor y la detección de aromas son etapas cruciales en la formación de nuestros binomios caninos. Estos perros no solo están capacitados para identificar y localizar objetos o personas, sino que también son preparados para manejar las complejidades emocionales y sensoriales de sus tareas", dijo María de los Ángeles.
Proceso de entrenamiento de los binomios caninos
Por parte Edén Flores Mayoral, indicó en el Centro de Reproducción y Entrenamiento Canino de la Armada, se encuentran 12 ejemplares de pastor belga malinois, una raza destacada por su agudeza sensorial y su capacidad de trabajo. De estos, 10 son hembras y 2 machos, que se encargan de asegurar la calidad y eficacia en la detección de diferentes aromas y sustancias.
Comentó que el proceso de entrenamiento comienza desde el nacimiento del perro, donde se fomenta un vínculo estrecho entre el cachorro, su madre y el manejador canino. Este lazo es crucial para asegurar una colaboración efectiva y armoniosa entre el perro y el humano. Según Flores Mayoral, la meta es que el can perciba a su manejador como un compañero y amigo, lo que facilita un trabajo sinérgico y respetuoso.
Una de las características más impresionantes de estos perros es su capacidad olfativa. Con entre 250 y 450 millones de células olfativas, estos canes están diseñados para detectar una amplia variedad de aromas. Para entrenarlos, se utilizan pseudo aromas, pequeñas muestras de 20 gramos que replican la presencia de hasta 800 kilogramos de la sustancia real que el perro debe identificar. Este método no solo ayuda en la capacitación, sino que también se alinea con las políticas de bienestar animal.
El entrenamiento se basa en el condicionamiento operante, donde el perro aprende a asociar el éxito en la detección con una recompensa lúdica. Flores Mayoral explica que el juego con una pelota actúa como refuerzo positivo, motivando al perro a seguir buscando y detectando con precisión. Este enfoque lúdico convierte las operaciones en una especie de juego para el can, manteniéndolo entusiasmado y comprometido con su tarea.
Esto es a través del condicionamiento operante es como se le está enseñando es de una manera lúdica.