QUE NADIE NOS OLVIDE

Silvia Kezaline fue asesinada de múltiples puñaladas en "un robo"; el mismo día su padre desapareció y nadie sabe nada

Kezaline vivía violencia ejercida por su exnovio, quien incluso llegó a amenazar a su padre en repetidas ocasiones; el señor de 63 desapareció el día del asesinato de su hija

NACIONAL

·
Feminicidio de Silvia Kezaline Corona Montoya | Que Nadie nos Olvide

“Siempre nos hemos sentido en peligro” dice quien cuenta esta historia, porque a la familia de las víctimas de feminicidio no sólo se les arrebata al ser querido, sino también la tranquilidad y se les siembra el miedo, un pánico que ahogan con la sed de justicia, pues deben alzar la voz para que alguien les escuche, para que las autoridades les atiendan con profesionalismo y la sociedad se sensibilice.

El caso de Silvia Kezaline Corona Montoya sucedió en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde el feminicidio es tan cotidiano que se ha convertido en un referente. Ocurrió el 8 de junio de 2019 y -como también ya es costumbre- a estas fechas nadie sabe nada.

Kezaline brillaba, era la menor de cuatro hermanos, súper alegre, inteligente, gustaba de salir con sus amigas y tenía el sueño de convertirse en psicóloga, tenía 23 años, era trabajadora, “siempre andaba arreglada, siempre a lo natural, sus pestañas impecables, su maquillaje impecable”.

Su risa era “la más inocente”, fue tía de 10 pequeños, a los cuales no paraba de consentir cada que los veía. Tenía su carrito, el transporte que usaba para ir a trabajar a la clínica de belleza en la hacía que las mujeres salieran de ahí como querían verse al espejo, también en sus tiempos libres ponía pestañas, en lo que llegaba la hora de iniciar su formación profesional en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).

“Yo te quiero, tú me quieres”

La niña consentida de la casa se enamoró, por ahí de 2016 conoció a un muchacho de nombre Raúl con quien su relación fue de ensueño, el primer año, después un infierno.

Al inicio “todo bien… amor, respeto, ternura, yo te quiero, tú me quieres y todo ese rollo”, con el pasó del tiempo eso se convirtió en “no te arreglas, ¿para qué te estás arreglando?, ¿por qué sales con tus amigas?, yo te llevo a la escuela, yo te recojo y te llevo a tu trabajo”.

A él no le gustaban los amigos de Kezaline, ni las amigas, vaya, tampoco la familia, y la fue alejando poco a poco de los que la quieren. Para 2018, esa relación había pasado de la miel a la hiel, Raúl “se adueñó” de su vida.

No lo mereces

La bebé de mamá, de papá y de cuatro hermanos perdió la autoestima, llegó a confesar: “yo siento que lo merezco, porque me jala, porque me grita, y yo siento que lo merezco porque pues lo desespero”…

A los Corona Montoya no los habían educado de esa forma, a las mujeres no se les violenta, Kezaline debía saber eso y en múltiples ocasiones se le repitió, se le aconsejó, sí, sí se le cuidó.

“Raúl me madreó”, luego de esta confesión llegó la primera denuncia que ante la fiscalía por violencia, ella tenía el dedo fracturado, “la demanda fue por encimita y ahí se quedó”. Esto fue enero de 2018.

 

A escondidas de la familia, Kezaline y Raúl se volvieron a ver, ella dio positivo a embarazo en febrero de ese mismo año, pero en cuanto se lo comunicó, él explotó y manifestó que no estaba preparado para ser padre; la obligó a abortar, las cosas no salieron muy bien, ella terminó en el hospital y la familia descubrió lo que se quería ocultar.

Kezaline “amaba ese bebé y ella lo quería, pero por miedo a sus amenazas no lo pudo tener”.

 

El personal médico que atendió a la joven eran amigos de la familia de Raúl y pusieron en el registro que se trataba de un aborto espontáneo, porque en Chihuahua no ha avanzado aún el derecho a la Interrupción Legal del Embarazo y si se llagaba a saber lo que pasó, él estaría en problemas.

Luego de esta pérdida la aspirante a psicóloga comenzó a retomar su vida, enlistó "las cosas malas" que Raúl le había hecho para tratar de no repetirlas, se entregó de lleno al crossfit, le encantaba practicar esta disciplina, pero el asecho de su ex no la dejaba.

 

En una ocasión él le pidió a Kezaline hablar, llegó hasta el departamento en el que la chica habitaba con su padre, el señor Francisco Corona, y de nuevo la atacó, dijo que quería un diálogo tranquilo y como ella no quiso abrir la puerta, la tomó del cuello y la aventó al sillón.

No paraba de “stalkearla” creó cerca de 10 perfiles falsos en Facebook para poder vigilarle. La furia del sujeto también convirtió en víctimas a los amigos. En una ocasión, él a bordo de su “troca”, persiguió a la joven y a su amiga que viajaban juntas, las seguía tan de cerca que en ocasiones las chocaba, ese evento terminó con un fuerte golpe contra otra camioneta.

Van a conocer todo el poder que tiene mi familia

Para octubre de 2018 la situación escaló, Raúl llegó a casa del señor Franciso exigiendo ver a Kezaline, ella aterrada no quería salir a recibirlo, “don Pancho” afrontó la situación y le pidió que se fuera, pero el hombre no lo escuchaba, sólo salían de su boca insultos para la mujer que decía amar y la responsabilizaba por la pérdida del feto.

“Es que usted no sabe lo que hizo Silvia”, no paraba de repetir, ya fuese con el padre o con los amigos, se encargó de difamarla por todos lados.

 

El señor Francisco fue quien corrió a Raúl de la casa y quien advirtió que no quería verle más por ahí, gracias a eso también se convirtió en una de sus amenazas:

“Usted y su hija van a conocer todo el poder que tiene mi familia”. 

 

Incluso esa misma advertencia llegó vía mensaje de WhatsApp hasta el hombre de 63 años ingeniero de profesión, respetado por muchos y añorado por los que lo quieren.

Inmediatamente, después de la escena antes descrita, padre e hija se fueron a poner una nueva denuncia por violencia, misma que se unía a la que antes había interpuesto la amiga por el susto de la camioneta. El proceso siguió, se les comunicó a las partes que el agresor podía pasar dos años en prisión, pero Silvia “no le quería hacer daño” a Raúl y lo perdonó, el castigo quedó en el pago de una reparación de 20 mil pesos que jamás se hizo efectiva.

Raúl tenía prohibido acercarse a ella, pero hizo caso omiso, siguió hostigándola con frases como:  “quiero regresar contigo, vamos a regresar, te extraño, te amo”, todo esto mientras él salía con otras chicas, incluso tenía novia.

En diciembre de 2018, Raúl regresó a casa de don Francisco, esta vez acompañado de su papá, presuntamente querían arreglar las cosas “como adultos”; lo único que se pidió en aquella conversación fue que el joven se alejara de la casa y de Kezaline, pero las amenazas volvieron a aparecer: “su hija se va a arrepentir de haber abortado un hijo mío, se va a arrepentir, van a saber el poder que tenemos nosotros, tenemos gente conocida de poder”.

Robo a casa habitación, feminicidio y desaparición

El viernes 7 de junio, Silvia Kezaline de 23 años comenzaba a tener otra vida, salió con sus amigos de fiesta y llegó al departamento de su padre pasando la medianoche, “don Pancho” no estaba, se presume llegó alrededor de las tres de la mañana a su casa.

Esas horas entre el la madrugada del 7 y el 8 de junio fueron las últimas en las que el corazón de Kezaline latió, una o más personas entraron a su casa, la despertaron y trataron de asfixiarla, no lo lograron, así que usaron un cuchillo para apuñalarla más de 30 veces, la dejaron ahí tirada en el suelo de su habitación.

De don Francisco no se sabe nada, desapareció, así como algunas pertenencias de la casa: pantallas de televisión y la camioneta Nissan Frontier blanca doble cabina en la que el señor se trasladaba, en el lugar se hallaron algunas huellas dactilares, pero permanecen como desconocidas.

La escena del crimen no lucía en desorden, la puerta no había sido forzada… El crimen se calificó como robo a casa habitación, después se tipificó el feminicidio de Kezaline y hasta el momento aún hay ficha de búsqueda por “don Pancho” de 63 años.

Francisco Corona, víctima de desaparición

Y Raúl, pues él tiene una coartada, la fiscalía de Ciudad Juárez no lo investiga porque ese día -cuando asesinaron a Kezaline- él había cruzado al Paso, Texas.

Silvia Kezaline Corona Montoya, víctima de feminicidio

Escucha más casos de feminicidio en Que Nadie Nos Olvide

Por: Paola Sánchez Castro

Edición: María José Serrano Carbajal 

Diseño: Ana Navarro e Ingrid Almaraz