El Papa Francisco bendice figuras del Niño Jesús en el tercer domingo de Adviento, donde los niños y peregrinos asistieron a una plaza de San Pedro soleada, y escuchar la palabra del Santo Padre invitándoles a caminar de la mano de la Virgen María y mirar la grandeza del Niño Dios en su pequeñez.
“La Virgen nos tome de la mano en estos días de preparación a la Navidad y nos ayude a reconocer en la pequeñez del Niño la grandeza de Dios que viene”.
En su mensaje, el Papa Francisco explicó lo que es el tiempo de Adviento, ayudando al prójimo como lo hizo Jesús con ciegos, sordos y cojos.
“Un tiempo en el que, preparando el pesebre para el Niño Jesús, aprendemos de nuevo quién es nuestro Señor; un tiempo en el que salir de ciertos esquemas y prejuicios hacia Dios y los hermanos; un tiempo en el que, en vez de pensar en regalos para nosotros, podemos donar palabras y gestos de consolación a quién está herido, como hizo Jesús con los ciegos, los sordos y los cojos”.
Desde la ventana del Palacio Apostólico, el Obispo de Roma mencionó antes del rezo mariano del Ángelus, que hay momentos que la duda llega aun a la persona más creyente.
“Pero esto significa que también el creyente más grande atraviesa el túnel de la duda. Y no es un mal, es más, a veces es esencial para el crecimiento espiritual: nos ayuda a entender que Dios es siempre más grande de como lo imaginamos; las obras que realiza son sorprendentes respecto a nuestros cálculos; su acción es diferente, supera nuestras necesidades y nuestras expectativas; y por eso no debemos dejar nunca de buscarlo y de convertirnos a su verdadero rostro”.
Mañana 12 de diciembre, el Papa Francisco celebrará la misa dedicada a la Virgen de Guadalupe en la Basílica de San Pedro a las seis de la tarde tiempo de Roma.
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