En internet ha sido posible ver videos de animales realizando acciones que eran consideradas propiamente de los seres humanos: perros que reaccionan a la música y "cantan", aves que bailan e incluso gatos viendo la televisión. Pero fue gracias a un reciente estudio que se pudo comprobar que las ratas también pueden sentir el ritmo y mover la cabeza en sincronía con éste.
Fue un grupo de científicos japoneses de la Universidad de Tokio quienes realizaron y publicaron un estudio en Science Advances que comprobó por primera vez la sincronización innata del ritmo en los animales. En el experimento se les reprodujo la Sonata para dos pianos en re mayor de Mozart, Another One Bites The Dust de Queen, Beat it de Michael Jackson y Born This Way de Lady Gaga y el ritmo fue monitoreado a través de mini sensores que detectaron movimiento mínimo.
El novedoso experimento
En la composición musical, generalmente el ritmo alcanza de los 120 a los 140 golpes por minuto (BPM), en este sentido, las ratas mostraron en este punto una percepción y sincronización con la música similar a la de los humanos. De esta forma, los resultados sugieren que la sincronización del ritmo puede ser inherente a la dinámica neuronal que se conserva en todas las especies, en lugar de ser específica de una determinada
Ante este descubrimiento, Hirokazu Takahashi, el profesor asociado que forma parte del equipo que llevó el estudio, señaló: "La música mueve el cuerpo y esto va más allá del sistema auditivo (...) el poder del sonido es así de fantástico"
En esta investigación participaron 20 personas y 10 ratas. Para realizar el ejercicio se les colocaron acelerómetros inalámbricos en miniatura a los roedores para percibir la música, mientras que los participantes humanos llevaban puestos auriculares. Todos ellos escucharon fragmentos de un minuto de la Sonata para dos pianos en re mayor de Mozart, a cuatro tempos diferentes: 75 por ciento, 100 por ciento, 200 por ciento y 400 por ciento de la velocidad original. Las ratas y las personas sacudieron la cabeza al compás de un ritmo similar, y el nivel disminuía cuanto más se aceleraba la música.
Los roedores tuvieron que ser sacrificados
A pesar de los buenos resultados que se obtuvieron en el estudio, los responsables del experimento mataron a los roedores luego de que concluyeron las pruebas, así lo señaló el sitio especializado The Animal Reader. No obstante, de acuerdo con el apartado "Materiales y métodos" de la publicación, ya se tenía contemplada la muerte de los animales.
"Este estudio se realizó en estricta conformidad con los Principios rectores para el cuidado y uso de animales en el campo de la ciencia fisiológica publicados por la Sociedad Fisiológica de Japón. El protocolo experimental fue aprobado por el Comité de Ética de Experimentos con Animales de la Escuela de Graduados en Ciencias y Tecnología de la Información de la Universidad de Tokio" se lee en dicho apartado.
Asimismo, agregaron que se hicieron todos los esfuerzos para minimizar el sufrimiento animal o incomodidad y reducir el número de animales utilizados. En el artículo se lee claramente: "Después de los experimentos los animales fueron sacrificados con una sobredosis de pentobarbital sódico (160 mg/kg, por vía intraperitoneal)" es decir reconocieron que utilizaron un potente sedante para matar a los roedores.
Finalmente, señalaron que se usaron ratas Wistar en los experimentos y todas las ratas se compraron en Tokyo Laboratory Animals Science Co. Ltd. a las 9 semanas de edad y se alojaron en un ciclo de luz-oscuridad de 12:12 (encendido a las 19:00 horas y pagado a las 07:00). Se desconocen los motivos por los que mataron a las ratas.
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