La Organización Mundial de la Salud reafirmó hace unos días algo que ya se venía escuchando tiempo atrás: el edulcorante conocido como aspartamo es posiblemente carcinógeno, es decir, si se consume en exceso por un periodo prolongado, puede producir cáncer.
De acuerdo con la agencia dependiente de la ONU, el aspartamo se encuentra en el grupo 2B de cuatro niveles de potencial carcinogénico, mismo en el que se ubican algunos ingredientes considerados seguros, como el té de hoja, o trabajos como la carpintería o la peluquería.
“Aunque hay nuevos edulcorantes sobre los que tenemos menos información, podemos confiar en que, en las dosis adecuadas y en ausencia de enfermedades metabólicas específicas, tomar los productos aprobados para el consumo humano no implica riesgos para la salud”, apunta Eva Almirón, investigadora de la Universidad de Navarra.
Los edulcorantes no nutritivos, entre los que destacan compuestos como el mismo aspartamo, la sacarina o la sucralosa, han sido tradicionalmente empleados como sustitutos del azúcar para regímenes dietéticos, sean estos recomendados por una condición de salud o para bajar de peso.
“Los edulcorantes pueden ser una manera a corto plazo de ayudar a algunas personas a reducir el uso de azúcar y perder o controlar el peso. En general, los sustitutos del azúcar son seguros para los adultos sanos, pero ten en cuenta cómo los sustitutos del azúcar afectan tus decisiones respecto de la comida y las bebidas. Estos ingredientes pueden hacer que tus papilas gustativas se acostumbren al dulce y eso puede hacer que sea complicado beber suficiente agua”, detallan expertos de la Clínica Mayo.
¿Es seguro consumir edulcorantes?
Ante la máxima pregunta sobre la seguridad en el consumo de edulcorantes, la respuesta es sí. Sin embargo, la clave está en la cantidad que se consume y la frecuencia con la que se realiza esta degustación.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la ingesta diaria recomendada de aspartamo tiene un máximo de 40 miligramos por cada kilo de peso en un adulto saludable y, a partir de allí, podría considerarse un exceso.
“Por ejemplo, con una lata de refresco dietético que contenga 200 o 300 miligramos de aspartamo, un adulto que pesa 70 kilos necesitaría consumir más de 9 o 14 latas al día para exceder la ingesta diaria admisible, si no se consumen otros alimentos”, detalla la OMS.
La dependencia recomienda que la energía proveniente de azúcares, incluyendo los que se añaden a los alimentos y edulcorantes, no exceda el 10 por ciento del total de las calorías, unas 200 en una dieta promedio de 2 mil calorías. Lo ideal, señala, es que este consumo sea de un 5 por ciento.