Los trastes son nuestros mejores aliados en la cocina, pues son ideales para guardar todo tipo de alimentos y evitar tener sobre la estufa ollas y cazuelas con las sobras del desayuno, comida o cena. Además, son muy prácticos para tener más espacio en el refrigerador y evitar que un platillo se descomponga debido al ambiente cálido que predomina durante el día; sin embargo, así como existen ventajas, acarrean muchos problemas que nos pueden poner los nervios de punta.
Y es que al guardar en los trastes alimentos grasosos o con chile, sus paredes se manchan por completo hasta adquirir un tono amarillento o rojizo muy difícil de desprender, incluso si se apuesta por dejarlos remojando con jabones arranca grasas o, peor aún, con cloro esperando que su color o tono transparente regrese al cabo de unos minutos.
Aunque existe más de un truco para arrancar la grasa de los trastes no todos son tan efectivos, pues implican mucho desgaste y daño al plástico con el que está hecho el recipiente; el claro ejemplo es cuando se recurre a las fibras metálicas diseñadas para tallar las superficies y que sin duda ayudan a eliminar los residuos. Lamentablemente, esta técnica es poco funcional o práctica para los trastes de plástico, ya que el material comienza a rayarse y tener zonas rasposas que con el paso del tiempo serán aún más difíciles de limpiar.
Lo que pocas personas saben es que existe un truco de lo más efectivo y barato con el que no se tendrán que arruinar nuestros trastes y en cuestión de segundos y una rápida sacudida, los recipientes lucirán como nuevos y sin rastro alguno de grasas acumuladas o del colorante que queda al guardar salsas en ellos. Así que corre por tus trastes más dañados, tu jabón de confianza y una servilleta de cocina.
Para iniciar sólo hay que tomar el recipiente manchado, ya sea limpio o aún con residuos, colocar un chorrito de jabón líquido y un poco de agua. Posteriormente toma una servilleta de papel, de preferencia de las de cocina que son más gruesas y resistirán más al contacto con el agua, dóblala en cuatro partes y métela en el traste.
Acto seguido tapa tu traste muy bien para evitar fugas y comienza a sacudirlo con fuerza y en todas las posiciones posibles para que la servilleta llegue a cada rincón del recipiente y que la grasa se desprenda con mayor facilidad; cabe destacar que lo ideal es realizar este proceso con una servilleta, ya que absorberá todo sin dañar las paredes de los trastes.
Te invitamos a poner a prueba este efectivo truco para arrancar la grasa de los trastes en un dos por tres sin tener que gastar una fortuna en productos que prometen una limpieza perfecta.
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