Los cálculos renales hacen referencia a la formación de trozos de material sólido compuesto de sales de fosfato y carbono cálcico dentro de los riñones a partir de sustancias que se encuentran en la orina. Según expertos una pequeña piedra no causará problemas, pero si el cálculo crece más de 5 milímetros podrá bloquear el uréter y causar dolor en la espalda, abdomen y riñones, poniendo en riesgo la salud.
En consecuencia, habrá que prestar atención a algunos cambios en la orina que nos podrán alertar de la presencia de cálculos renales. Los exámenes son ampliamente utilizados para diagnosticar una variedad de enfermedades y condiciones, más aún cuando tenemos en cuenta que la orina reacciona ante diferentes cambios en el cuerpo. En consecuencia, es fundamental observar posibles modificaciones al momento de orinar.
El color en la orina es fundamental ya que puede haber presencia de sangre. Es que está directamente relacionado con la cantidad de agua que consumimos. Mientras más agua tomas, más transparentes está y, por el contrario, si consumes menos líquido, tomará una coloración más oscura. Mientras que si se presenta una coloración roja puede ser confusa porque no siempre será producida por la presencia de sangre. En ciertas ocasiones podría ser explicada por ciertos medicamentos, como laxantes o alimentos. Aunque también podría ser producido por infecciones por bacterias en el sistema urinario. En estos casos puede parecer de color café oscuro o rojo. Este tipo de problemas es mucho más frecuente entre mujeres que hombres.
Otro de los síntomas que nos harán poner el ojo en posibles cálculos renales es la presencia de dolor al orinar. Es que esto podrá deberse a las acumulaciones de minerales que se alojan en los pequeños riñones. Por lo tanto, cuando por diferentes motivos las piedras entran en alguno de los tractos asociados con los riñones, esto podría derivar en mucho dolor o incluso aparición de sangre en el líquido.
Por último, la salud de los riñones estará comprometida si sentimos cambios en el olor de la orina. Acá debemos tener en cuenta que en algunos casos se deberá a los alimentos que hemos consumido durante el día, pero en otros que serán por cálculos renales.