ESTILO DE VIDA

¿Vives un miedo irracional a no tener tu celular o internet? Eso tiene nombre

En apariencia solo es un problema para los jóvenes, pero en realidad también es habitual en niños y adultos acostumbrados a los dispositivos

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La nomofobia se caracteriza por un miedo irracional a estar sin tu celular Foto: Luis Brochero

Ese sudor frío que recorre tu cuerpo cada vez que notas que no llevas tu celular en las manos, olvidaste el cargador y no cuentas con pila, dejaste el dispositivo en el otro pantalón o simplemente no cuentas con datos o red fija para conectarte, no es nada nuevo y tiene un nombre, se le denomina nomofobia.

La nomofobia se caracteriza por un miedo irracional a estar sin tu celular o bien, no contar con señal de internet. El término proviene del acrónimo inglés “no-mobile-phone-phobia”.

La nomofobia aún no está considerada como una patología o un trastorno del comportamiento como tal, pero si es una llamada de atención ya que es la consecuencia de una adicción preocupante por un uso excesivo del smartphone (para todo aquello que no sea hablar).

Una dependencia que nos lleva al aislamiento social y a una relación con el mundo que nos rodea siempre a través de este aparato y sin tener contacto físico o socializar de forma presencial con otras personas. Todo se ve o se desarrolla por medio de internet, las claves a las interrogantes parecen que provienen de la red únicamente y eso en un lapso corto de tiempo genera ansiedad cuando no puedes obtener lo que deseas a través de tu dispositivo.

Síntomas de la nomofobia

Un nomofóbico mira de manera constante su teléfono móvil, por si ha recibido algún tipo de mensaje o notificación, aún a sabiendas de que no tendría por qué recibirlas o incluso si el dispositivo se encuentra en modo avión y además quiere verlo de inmediato.

El nomofóbico se quita horas de sueño para dárselas a las redes sociales a pesar de que no tenga nada que ver ahí o el cansancio lo esté absorbiendo.

Si no hay cobertura, no le convence el plan de datos. Y siempre está al pendiente de localizar un enchufe en cualquier sitio que le permita no quedarse sin batería, con todo y que el dispositivo cuente con una carga adecuada.

No apaga nunca y bajo ningún concepto el móvil, esto ya es un sinónimo preocupante (a menos que sea algo de trabajo, ahí si se apaga mágicamente).

En definitiva, no es capaz de desconectarse del teléfono en ningún momento, pues cree que si no lo tiene con él o ella, no existe. Se lo lleva hasta para comer en la mesa con la familia e incluso en el baño mientras se asea es acompañado por música o en el peor de los casos puede hasta generar hemorroides por otras causas.

¿Cómo solucionarlo?

Establece tiempos en los que sea obligatorio alejarse de las pantallas, no solo del teléfono móvil. Y esto aplica también para los adultos, no se deben atender llamadas de teléfono fuera del horario laboral, algo muy usual debido a la generalización del trabajo a distancia.  

Por eso, respeta tus horarios de trabajo, apaga los dispositivos electrónicos cuando no los necesites y dedica más tiempo a otras actividades al aire libre, en la medida de lo posible, en familia. Es decir, establecer también un tiempo de desconexión digital obligatoria para todos.

Y si las cosas no mejoran, puedes optar por mantener el dispositivo en modo avión para ir poco a poco desconectándote y recuperar más tiempo libre.