Las recomendaciones respecto a los productos que debemos utilizar en la piel abundan, pues gracias a las plataformas digitales tenemos la posibilidad de encontrar rutinas de belleza, ingredientes para el cuidado de la piel y hasta alternativas más económicas para lucir espectaculares. Sin embargo, esto no siempre resulta una buena idea, pues las consecuencias de seguir estos consejos sin la supervisión de una persona profesional podrían ser severas.
Tal es el caso de aquellos testimonios que afirman que usar jabón zote en el rostro es una gran opción para eliminar algunos problemas como el acné o el exceso de grasa. Esta versión se ha popularizado y un gran porcentaje de internautas han decidido probar suerte con este famoso producto mexicano utilizado para la lavandería y otras cuestiones del hogar, como eliminar el cochambre o erradicar las plagas que acechan nuestras plantas.
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¿Por qué no debo usarlo en el rostro?
A pesar de lo efectivo que puede resultar para el uso en el hogar por ser un potente detergente, sus ingredientes no son aptos para el bienestar de nuestra piel, pues la fórmula del jabón posee aceite de coco, sebo de res, glicerina, colorantes, perfume blanqueador óptico, aceite esencial de citronela, sosa cáustica y cloruro de sodio, además de colorantes que podrían impactar directamente en tu salud.
Una de las recomendaciones más conocidas es aquella que fomenta su uso en personas con acné y pieles grasas, debido a que, al contener cloruro de sodio, este producto reseca la piel. Sin embargo, esta no es la forma adecuada de tratar un trastorno de este tipo, pues podría haber causas hormonales que deben atenderse. Más allá de la cuestión estética, utilizar este jabón podría derivar en un caso grave de dermatitis.
¡No sigas esta moda!
Otra de las razones principales para evitar usarlo es que tiene un alto contenido de potencial de hidrógeno (pH). Los niveles en este jabón oscilan entre 9 y 14, lo que implica que es muy alcalino. Esta propiedad provoca que se forme una barrera cutánea dañina que podría exponer tu piel a virus y bacterias o alguna irritación y hasta quemaduras. A pesar de que los efectos no se reflejarán en tu rostro de manera inmediata, los daños en la piel podrían ser irreversibles.