La cueva submarina más grande del mundo se localiza en Quintana Roo. Está formada gracias a la unión de los cenotes Sac Actun y Dos Ojos. Fue descubierta en 2018 y cuenta con una extensión de 347 kilómetros. Las personas que continúan investigándola aseguran que podría tratarse de un “monstruo” de hasta mil kilómetros.
La cueva fue descubierta por el Instituto Nacional de Antropología e Historia durante el desarrollo de un proyecto de investigación “El Gran Acuífero Maya”, mismo que tenía como objetivo fue fortalecer la comprensión de la delicada conexión entre el acuífero, el medio ambiente y la humanidad.
Mediante la exploración, documentación y difusión de las riquezas naturales y el patrimonio cultural que contiene, se han desarrollado acciones para su adecuada conservación. Aunado a lo anterior, en las profundidades se espera encontrar restos humanos y de animales correspondientes a distintas épocas.
Lugar con características únicas
La investigación estuvo a cargo del arqueólogo subacuático Guillermo de Anda y, además de contar con respaldo del INAH, tuvo el apoyo de instituciones como Aspen Institute México, la Universidad Tecnológica de la Riviera Maya, National Geographic y el Banco de Desarrollo de América Latina.
El arqueólogo Guillermo de Anda explicó que la conexión entre los dos cenotes dio origen a la cueva inundada más grande del mundo. Este sistema es el patrimonio más importante del país, hasta el momento.
“Es una de las últimas fronteras en la exploración en el mundo, después de los océanos. Es un sistema inmenso que va como un enorme laberinto debajo de la tierra, incluso de la carretera y tiene un sistema que desemboca al mar”, aseguró.
Este lugar tiene características únicas, pues además de contener millones de litros cúbicos de agua duce, posee biodiversidad y fauna endémica, entre la que destacan crustáceos que no son visibles a simple vista.
La región también tiene 248 cenotes y 198 contextos arqueológicos
El lugar también posee muestras de las apropiaciones de espacios sagrados, como cenotes y cuevas, que los antiguos mayas realizaban.
“Es un lugar que podría haber sido utilizado para rituales. Además, encontramos un incensario, templos en las zonas y cuartos en donde hemos encontrado ofrendas y vasijas de cerámica. También hallamos cuevas que van a lo largo del todo el sistema, y de alguna manera podemos verlas como entradas al inframundo y espacios de comercio destacados”, aseguró de Anda.
La península de Yucatán está formada por suelos de sustratos calizos que permiten la formación de grutas y cenotes que conforman el mayor grupo de redes de aguas subterráneas del planeta.
En este cuerpo acuífero se han encontrado restos que podrían tener al menos 12.000 o 15.000 años de antigüedad.
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