Uno de los miedos más comunes entre los niños es a la oscuridad, como padres en ocasiones es difícil saber como tratar estos temas y darles el apoyo necesario para que puedan superar sus temores. Si tu hijo tiene miedo a la oscuridad, te damos algunos sencillo trucos con los que lo podrás ayudar y así ambos podrán estar más tranquilos.
Algo que es importante comprender es que este miedo es algo adquirido, un aprendizaje involuntario, no algo que surja de manera innata. Eso implica que, de la misma forma, también puede ser desaprendido. Así que cuentas con herramientas a tu favor para ayudar a tu hijo a superarlo.
No utilices mitos para que obedezca
No tiene mucho sentido que le digas a tu pequeño que no hay motivos para temer a la oscuridad si a la vez alimentas su miedo a monstruos o mitos de personajes como el “coco”, el “hombre del saco” o "la llorona". Como padres se debe mantener cierta coherencia.
No te burles de su miedo
Desde el punto de vista de un adulto el miedo a la oscuridad podría parecer algo absurdo, pero para los niños puede tener sentido. Por eso, los especialistas recomiendan no reírse de esos temores. Como padre lo mejor es mostrar comprensión y permitir que el pequeño explique sus temores.
Fortalece su autoconfianza
Una forma de fortalecer la autoconfianza de tu pequeño durante el día es compartiendo con él o ella historias de personajes valientes, que saben tomar decisiones y afrontar sus temores. También puedes darle un muñeco que lo acompañe durante su crecimiento, con el que se sienta protegido y seguro.
Ilumina sus sueños
Existen lámparas nocturnas especiales para niños, las cuales sólo dan una luz tenue que los acompaña para que no se sientan en total oscuridad. Otra forma de “iluminar” su sueños es leerles un cuento por la noche, con lecturas que adecuadas para su edad. También las canciones de cuna o las oraciones pueden brindarle a tu hijo la tranquilidad necesaria para dejar sus temores.
Apoyo de su mascota
Las mascotas como perros y gatos pueden ser de gran ayuda para que los pequeños se sientan seguros, protegidos y acompañados. De hecho, una mascota podría ser un paso intermedio entre la protección constante de los padres y la autonomía absoluta de tu hijo.