A lo largo de los años en México se han creado una serie de leyendas urbanas sobre algunas presentaciones un poco inusuales de grandes bandas de nivel mundial.
Sobre ello, podemos hablar sobre el concierto de Radiohead en un pequeño bar de Ojo de Agua,Tecámac, Nirvana en el "Iguanas" de Tijuana, la caótica presentación de Interpol en una sala de exposiciones del WTC de la Ciudad de México con jóvenes aventandose de las escaleras eléctricas tras el final del recital, Metric en un semivació Vive Cuervo Salón o el increíble set de Justice en su primer visita a México. A pesar de que estas historias pueden parecer mentiras o un mito, en realidad todas fueron reales.
Sin embargo, un concierto legendario e inusual que le gana a cada una de estas historias del rock, es aquel que tuvo la banda argentina Soda Stereo en una panadería ubicada en San Cristóbal Ecatepec, en el Estado de México.
Soda Stereo cerró su gira en una fiesta de XV años
El 28 de marzo 1993, la gira Dynamo de Soda Stereo llegaba a su fin con una fecha en Ecatepec, concierto que según los integrantes de la banda fue uno de los más raros de su carrera, pero el mejor de toda la gira.
Luego de una serie de conciertos en el norte del país y en la Ciudad de México, la agrupación de Belgrano, Buenos Aires e integrada por Gustavo Cerati, Héctor “Zeta” Bosio y Carlos Alberto Ficicchia “Charly Alberti”, llegaba a su último recital al norte de la capital mexicana.
Al llegar al lugar del evento, los chicos de Soda Stereo pensaron que el chofer se había equivocado o les estaba jugando una broma, pero en realidad era la dirección correcta.
El concierto iba a ser en el terreno trasero del negocio "El Ángel", una panadería ubicada en el centro de Ecatepec. Esta increíble historia fue contada por Wady Rodríguez, un famoso iluminador que formó parte del staff de la banda durante varios años.
"Literalmente no lo podíamos creer. Pensamos que el chofer se había equivocado de dirección o que nos estaba haciendo una broma; sin embargo, este se estacionó frente a la panadería y nos dijo "llegamos"”, dijo Wady durante una entrevista.
Pese a lo inusual del recinto, el equipo y los músicos se prepararon para el recital, en un espacio con una logística técnica modesta.
Posteriormente, se enteraron de que en realidad era un evento privado, pues en realidad era parte de una sorpresa para una fiesta de XV años, pues el dueño de la panadería había puesto todos sus ahorros para llevarle a su hija su banda favorita.
De este concierto hay una foto tomada al final, donde se puede ver a los chicos de Soda junto a su staff y parte de los invitados de la fiesta sobre el modesto escenario cubierto con lonas blancas y naranjas.
Si quieres ver y escuchar un poco más sobre esta legendaria historia, te invitamos a darle play al siguiente video de Guzz Índigo, un buen tiktoker que se dedica a contar las historias sobre el rock nacional e internacional.
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