La iniciativa de política industrial anunciada en México, que está basada en incentivos para la manufactura de autos eléctricos, es una buena noticia para el sector, debido a que incluye ejes principales para la transición de la industria que permitirá dejar paulatinamente los motores de combustión interna, así lo aseguró Guillermo Rosales, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores.
En entrevista con Mario Maldonado para la señal de radio de El Heraldo Media Group, el representante destacó que este panorama significa una oportunidad para el país, ya que servirá para reactivar e impulsar un industria en conjunto con Estados Unidos.
Guillermo Rosales aseguró que la producción y manufactura de automóviles es una de las esferas de negocios más exitosas en la región, debido a que se ha permitido entrar en la cadena de suministros hacia Norteamérica.
Por tal razón, estas políticas son determinantes para que la nación pueda entrar al sector y convertirse en un jugador más competitivo a la hora de entrar en la cadena de suministros o ensamblaje.
Sobre el número de autos híbridos o eléctricos que se venden en el país, comentó que actualmente el cinco por ciento del comercio total de carros es híbrido y eléctrico, aunque destacó que de estos últimos solamente se han liquidado 10 mil unidades.
Estimó además que en los próximos años se irá inclinando la balanza en contra de los autos de combustión interna y que expertos en el sector estiman que para 2030 la mitad de los vehículos que se vendan en Estados Unidos serán completamente eléctricos, lo cual es una proyección de cómo avanza este tipo de empresas.
En contra de los autos chocolate
La regulación de los autos chocolate, aseguró, es una contradicción con respecto a los planes que tiene el país en la generación de energías limpias, debido a que aunque se apoyen los esfuerzos para lograr tener alternativas a los motores de combustión interna, se está permitiendo que lleguen vehículos indocumentados a la nación.
"No se justifica en ningún punto la ampliación", dijo.
Indicó que estos vehículos son considerados la basura de Estados Unidos y causarán diversos impactos que afectarán la industria, así como el ambiente y la criminalidad.
Aseguró que las dependencias federales están en contra del diálogo relacionado con este tema, debido a que fue una decisión directa por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien tampoco ha generado alguna política pública que permita una regulación más ordenada.
Esta medida, comentó, promueve el contrabando automotriz, lo cual beneficia únicamente a las mafias que se dedican a comerciar con estos productos a través de la frontera.
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