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La pasión y el sufrimiento del Atlas

Francisco vio el único título del atlas, y suplica por otra corona

La pasión y el sufrimiento del Atlas
FRANCISCO VIO EL ÚNICO TÍTULO DEL ATLAS. Foto: Especial

Son contados los fieles fans que vieron campeón al Atlas en 1951 y que sueñan con una segunda gloria.

Sólo 3.2 por ciento de los jaliscienses (que tenían más de cinco años en 1951), los pudo ver coronarse. Entre ellos, Francisco Mercado García, quien tiene 84 años. Este fin de semana aplaudía eufórico frente al televisor, no podía creer lo que veían sus ojos: los Zorros dejaban atrás a Pumas, para ir a la final.

“¡Yo de corazón soy márgaro! Ya no sé qué hacer. ¡Estoy sufriendo! Le estoy pidiendo a Dios que no nos pase lo mismo que con el Toluca, aquí quedaron 3-3 y allá 3-3, pero nos amolaron en penaltis. ¡Yo puedo hasta dar la vida por mi equipo!”, comentó Francisco a El Heraldo de México.

Él recuerda que rondaba los seis años cuando su padre lo llevaba a verlo disputar partidos llaneros, y así se apasionó por el deporte. Llegó a jugar como portero en el Atlas infantil.

“Me gustaba porque se partían la madre, no importa si perdían. Aunque los golearan, salíamos encantados con su accionar. Recuerdo al Gallo Jáuregui, se peleaba con el Tubo Gómez, de las Chivas; en los clásicos era invariable. Tanto me gustó que jugué en ese club como arquero en el equipo de niños. Dudo que haya alguien que ame más al equipo que yo”, dijo.

Francisco, en su juventud, fue DT amateur. Todo inició cuando un amigo le pidió que formara un equipo e invitara a su hijo que había caído en las drogas.

“Ya se imaginarán las fachas, me llegaron greñudos, con tatuajes y aretitos. Me saludaron: ‘Quiúbole, mano!’. Yo les leí la cartilla, vamos a jugar y a seguir reglas. Al principio nos goleaban 5-0, pero les enseñé a no dejarse vencer y trabajar. Cuando por primera vez empatamos fue un jolgorio. Al final, se convirtieron en goleadores”, recordó.

El día en que nació su hija Nesy su equipo jugaba una final, por lo que su esposa tuvo que irse al hospital a dar a luz mientras él se quedaba en el partido. Ese fue uno de sus días más alegres, porque ganaron la final por 2-1. Dos horas después y todavía sudoroso del partido, pero felizmente triunfador, corrió para conocer a su descendiente.

Foto: Especial

Esa pasión por el balón lo ha acompañado toda la vida, sin importar las burlas de otros por apoyar al Atlas.

Durante décadas, la fidelidad de los fanáticos rojinegros les ha acuñado designaciones como: La Furia, Los Margaritos, Los niños del balón, Soy Atlas, aunque gane y Rojinegro hasta que muera.

Francisco aprovecha para reclamar a los directivos, a los que “ahora ya sólo les interesa el dinero, cuando el amor por este equipo es jugar futbol”.

“En el Atlas nada más sale una figurita y luego, luego lo venden. ¡Ya estuvo! Después, casi todos los conjuntos traen un jugador que nació aquí. A ver si ahora nos dan un título, ya llevamos 70 años y nada. Todos los que le vamos al club, no saben cuánto estamos sufriendo en estos momentos”, aseguró.

En la final de futbol mexicano, este fiel fanático rojinegro no va a ir al estadio, porque ya no puede subir las escaleras del Estadio Jalisco.

“Yo quisiera ir a los partidos, pero primeramente, ya estoy viejo y hay que subir escaleras; a mí me matan las escaleras, pero en la televisión me lo aviento. Y pienso: ‘¡Ah, y yo tan bonito que jugaba con el balón!’. Luego de tantas décadas nos dan la sorpresa que ahora sí están jugando bien, por eso ¡ésta es la nuestra! Yo no tomo, pero si gana el Atlas, mínimo una borrachera de felicidad”, finalizó confiado y entre risas.

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