El arte tiene siglos siendo consumido por las clases altas. El teatro, la ópera, los museos, galerías, conciertos, entre otros, han estado diseñados para el disfrute de quienes puedan pagarlo. Actualmente se siguen teniendo estos mismos estereotipos, ciertos eventos culturales tienen precios elevados impidiendo que lleguen al alcance de todas las clases sociales. De esta manera el arte queda una vez más encapsulado en la élite.
Pero ¿qué pasa con el arte gratuito? Hoy en día hay muchos museos, galerías y eventos que tienen acceso libre, sin embargo, aún sigue habiendo una clara tendencia a que las clases sociales más altas sean quienes consuman el arte.
Existe una idea de que el arte solo se puede apreciar por quien lo entiende y para eso se necesita cierto nivel de educación, la cual no es accesible para todos. Pero no tendría por qué ser así; la escritora estadounidense Susan Sontag, precisamente critica su texto, Contra la interpretación, la sobreintelectualización del arte, ya que argumenta que este debería ser principalmente apreciado por medio de un enfoque sensorial y emocional.
Entonces, bajo esta premisa, ¿por qué no acuden todos a las exposiciones gratuitas, si solo debiese ser necesario sentir para poder apreciar una obra de arte? Bueno, la respuesta tiene diversos factores, uno de ellos está en que el arte ha llegado a tener un estigma sobre quien debe consumirlo, pero también existe una influencia gracias a las redes sociales.
Actualmente estos eventos artísticos son utilizados para poder crear contenido en redes, es decir, las personas que lo consumen buscan tomar fotografías o videos para poder publicarlas en sus cuentas personales y darse un estatus social más elevado, ya que se asocia que al asistir a estos espacios tienes la educación requerida para comprender las producciones artísticas.
Es de esta manera que se sigue alimentando y visibilizando el estereotipo de que el arte es exclusivo para ciertos grupos sociales, al publicarse las imágenes y videos en medios de comunicación públicos, como lo son las redes sociales, se genera una imagen de quiénes son las personas que interactúan con estos espacios artísticos y esto provoca una mayor separación entre las clases sociales.
El arte debería ser una garantía para el público en general, su accesibilidad intelectual ha sido incluso criticada por artistas como Andy Warhol con sus reproducciones en masa o Marcel Duchamp quien, con sus ready-mades, hablaba de la apreciación de la obra por el simple hecho de ser un objeto; con esto también se buscaba criticar el concepto del arte “alto” y “bajo”, ya que también en la producción artística existe una clasificación de lo que es arte solo por ser académico y se vuelve elitista.
En la actualidad, con el consumo de masas y los medios de comunicación, se ha instaurado aún más en la sociedad la idea del arte como un producto de consumo único para quien pueda pagarlo y entenderlo, creando de alguna manera una intimidación a quien no cuenta con estos recursos, y es por lo que aún no se puede hablar de una democratización artística ya que se ha dejado esta área una vez más para la élite.
Schahrazad Ramírez Lara
Estudiante de licenciatura en Historia del Arte
Universidad Iberoamericana
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