Crítica de cine

La tumba de las luciérnagas | Una horrible obra maestra

Considerada una de las mejores cintas animadas de la historia, esta cinta vuelve por un tiempo reducido a la gran pantalla

La tumba de las luciérnagas | Una horrible obra maestra
La cinta es considerada un clásico de la animación. Foto: Especial

Aunque a nivel global se dice que fue con Shrek (2001) cuando la animación apuntó a un público más adulto, llevando temas que antes eran un tabú debido a que este género era básicamente enfocado a los niños, la realidad es que esa pérdida de inocencia se dio mucho tiempo antes.

Un gran ejemplo de esta madurez del género se dio con la llegada de La tumba de las luciérnagas en 1988, desgarrador drama de Isao Takahata que no solo es una historia sobre hermandad y sacrificio, también es un relato descarnado sobre el dolor de la guerra.

La acción se sitúa en Kobe, Japón, minutos antes del gran bombardeo que la Fuerza Aérea norteamericana lanza sobre la ciudad. Setsuko y Seima son dos hermanitos que intentan enterrar sus pertenencias antes de que comience el ataque, mientras su mamá, quien padece una enfermedad, se adelanta a un refugio antibombas.

El bombardeo aliado impide que, en ese momento, se reencuentren con su mamá, quien logra refugiarse en una escuela arrasada después por los norteamericanos. Pero esto solo será el inicio de su tragedia.

Narrada con una extraña mezcla de delicadeza y crudeza, La tumba de las luciérnagas no solo es uno de los relatos más tristes de los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, también es el recuerdo de la forma en la que los conflictos bélicos pudren el alma de las personas.

Increíblemente necesaria en estos días para recordarnos la importancia de la paz, La tumba de las luciérnagas se exhibe en salas de Cinépolis selectas de todo el país.

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