Pocas historias en la literatura contemporánea han conmovido más que “El niño con el pijama de rayas”, obra del escritor irlandés John Boyne que nos interna en la relación de amistad entre dos niños, uno interno en el campo de concentración de Auschwitz, y el otro hijo de un alto mando nazi.
En “Todas las piezas rotas”, Boyne hace un recorrido por el París de los años siguientes al fin de la Segunda Guerra Mundial y por el Londres después de la pandemia, para narrar cómo el peso de la historia familiar afecta a la vida de la sobreviviente.
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“Es algo que había tenido en mi mente por cerca de 20 años, sabía que quería volver y revisitar a Gretel en algún momento. No se convertirá en una serie porque todos los personajes están muertos, pero sentía que había dejado cabos sueltos con Gretel quien, con solo 12 años de edad, quedó traumatizada al final del libro.
“Sentí instintivamente que tenía que volver a contar la historia, a pesar de que es la única secuela que he hecho en mis 21 novelas. Las secuelas en realidad no me interesan tanto, al ver mi obra literaria no hay nada que me lleve naturalmente a hacer la secuela de un libro, pero sentí que en este caso podría funcionar”, detalla el escritor..
En busca de la redención
Si bien en la novela original Gretel era muy joven para haber cambiado el destino de las personas que fueron ejecutadas por el régimen nazi, para el autor no es del todo inocente, pues ocultó información que pudo ayudar a acabar con el sufrimiento de miles de personas.
En “El niño del pijama de rayas”, Gretel forma parte de una familia que, a pesar de estar muy cerca del sufrimiento que vivieron miles de personas en los campos de exterminio, deciden quedarse en su sitio.
Para el nuevo tomo, Boyne eligió retratar a través de Gretel a esas miles de personas que, si bien no tuvieron una implicación directa en los crímenes perpetrados por los nazis, si fueron cómplices por omisión en ciertos hechos.
Boyne considera que, si bien Gretel desea despojarse de la carga familiar, le es complicado porque no acepta su responsabilidad, aunque tendrá en la historia la mejor oportunidad de lograrlo para, al final, estar en paz consigo misma.
Los niños de hoy leen más
Aunque en la actualidad niños y jóvenes tienen más impulsos para distraerse en redes sociales o con los teléfonos, la literatura tiene un futuro brillante, señala el escritor irlandés.
El escritor confiesa que en las escuelas contemporáneas se anima con mayor frecuencia a los niños a expresarse de formas creativas, las cuales pueden ser audiovisuales o escritas, lo cual es una ventaja con respecto a generaciones anteriores.
“Cuando yo iba a la escuela, mis maestros no me motivaban tanto a expresarme con creatividad en comparación con las nuevas eras. Cuando era niño, sentía que los maestros no nos inspiraban a ser más creativos de ninguna forma, ahora, los niños hacen dibujos, crean arte, me mandan imágenes y hasta finales alternativos.
“Pienso que están muy involucrados con las historias, hay muy buenos libros para niños. No tengo ninguna preocupación sobre que dejen de leer, aún cuando hay muchas más distracciones, tales como redes sociales, juegos de video, smartphones, etcétera. En mi experiencia, los niños siguen estando muy motivados con los libros”, argumenta.
Para mejorar la experiencia de lectura y escritura en personas de todas las edades, Boyne señala que integrarse en grupos es una estrategia efectiva, pues permite compartir el gozo con otras personas de la misma afición.
“Sumarse a grupos de lectura o escritura es genial. Para que un escritor se inspire, necesitas una audiencia y necesitas fechas límite, y por eso siempre animo a la gente a que haga grupos de escritura.
“Y pienso que los grupos de lectura también son geniales porque, aunque la lectura es una actividad individual porque quieres hacerlo en silencio, es maravilloso poder compartirlo con la gente”, concluye.