ALBERTO VILLARREAL

"Aquí no hay sed", poemario de Alberto Villarreal que quiere romper reglas

El joven poeta regiomontano afirma que la ruptura de las reglas en la literatura acerca a los jóvenes a la lectura

CULTURA

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“Me parece que es un poeta muy cercano a la gente, que se aleja un poquito de las pretensiones de la literatura"Créditos: Especial

La ausencia de reglas y formatos rígidos en la literatura “es lo que termina por acercar a los jóvenes a leer”, considera el joven poeta mexicano Alberto Villarreal. Con apenas 27 años, el regiomontano pertenece a una nueva generación de escritores: obtuvo fama como youtuber y promotor de la lectura en redes sociales, una ruptura amorosa lo llevó a escribir su primera novela y ahora promociona su tercer poemario “Aquí no hay sed” (Planeta, 2022).

“Para mí la poesía es muchas cosas, es mostrarse con el corazón abierto, la poesía siempre me ha parecido mucho más directa que la novela, me parece una manera de conectar con el lector, de sanarlo, de utilizarla como ejercicio catártico, la poesía siempre ha sido el género en el que me siento más cómodo, es más directa, no hay tanto adorno, va directo al corazón a lo que tiene que decir, y es por eso que disfruto mucho escribirla”, explica en entrevista.

Villarreal divide en dos partes su nuevo libro: la primera con una visión más introspectiva, “más de hablar quién soy, de dónde vengo, y la segunda sobre el amor romántico, el amor pleno, precisamente por eso tenemos el título que habla de esta plenitud de no necesitar nada más”.

El autor comenzó a escribir poesía después de la narrativa, apenas hace cinco años, cuando tenía 21; sus lecturas más edificantes incluyeron a Jaime Sabines: “Me parece que es un poeta muy cercano a la gente, que se aleja un poquito de las pretensiones de la literatura, que muestra que la poesía es algo a lo que no se le tiene que tener miedo, sino que cualquier persona puede leer un poema, puede entenderlo, creo que a veces hay mucho miedo de aventurarse justo en la poesía porque se adorna muchísimo el poema y las personas no alcanzan a entender al poeta”.

El regiomontano pertenece a una nueva generación de escritores. Foto: Especial

También en su paisano Alfonso Reyes, Villarreal encuentra resonancia: “Es uno de los referentes más grandes de mi tierra, Monterrey, y justo por ahí tengo una reinterpretación de uno de sus poemas que se llama Sol de Monterrey, él es alguien que ha marcado mucho mi camino, porque al ser regio, y como también hay cierto desprecio hacia la literatura regiomontana, se cree que si eres regio no puedes escribir de cosas interesantes, y rescatar estas cosas del calor, del sol, pero relacionándolos a la vergüenza y al miedo, y al amor; Alfonso Reyes es uno de mis referentes”.

El joven poeta afirma que su poesía abreva de la musicalidad, la creación de imágenes, pero sobre todo de la ruptura de las reglas: “La poesía me parece que son muchas imágenes, muchos elementos, es muy visual, me interesa romper estructuras y romper métricas para justo hacer la poesía cercana, sin pretensiones, pero al mismo tiempo me gusta experimentar, justo en este poemario en la parte final tengo unos haikus que no había escrito antes”.

“Me gusta probar cosas nuevas, siempre que estoy escribiendo lo que me parece más importante es acercar a la gente a los libros, a la poesía, a la literatura, me encantaría ser el puente entre nuevos lectores y nuevas lecturas, que me descubran, me lean y que sepan que no tienen por qué tenerle miedo a la poesía. Siempre que estoy escribiendo trato de ser lo más directo, lo más libre, lo más simple posible para estar libre de pretensiones”, agrega.

Para escribir “Aquí no hay sed”, explica, “leí mucho sobre las muertes, un libro de Irene Solà Sàenz, que habla de cómo ha cruzado por muchas muertes, pero sigue viva, o Emily Dickinson, quien tiene un poema en el que dice que tenemos muchas muertes en la vida, pero no tenemos el alivio de estar muertos sino que vamos cargando con las heridas y eso fue también lo que me detonó escribir “Aquí no hay sed”, porque rescató estos recuerdos de la infancia, traumas, situaciones que tenía dentro y esta necesidad de sanar, de vaciarme un poco, eso fue justo lo que me llevó a escribir este poemario”.  

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