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Elvira Sastre: "El mundo necesita la poesía por multitudes de razones"

La autora española forma parte de una generación que está poblando el internet y las redes sociales de una lírica que conquista lectores y likes; desde los 12 años, que escribió su primer poema, continúa afinando su voz

CULTURA

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La escritora, durante su paso por la Ciudad de MéxicoCréditos: Especial

A  primera vista, la joven poeta Elvira Sastre (Segovia, España, 1992), podría ser una influencer más en el universo virtual, pero no, a sus 30 años, la también filóloga es una estrella que mueve multitudes con su voz. Con poesía, sí, con poesía llena teatros en su país natal, en México, Colombia o Argentina.

Sastre está en México, primero, para presentar su poemario Adiós al frío (Seix Barral, 2022) en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en días pasados,  y, después, para ofrecer una serie de recitales en diversas ciudades del país.

La española parecía destinada a la escritura, actividad que no ha dejado de practicar desde los 12 años, cuando escribió su primer poema. Desde entonces no ha parado. Y es, además, una escritora de esta época: a los 15 años abrió el blog Relocos y Recuerdos (cuya última entrada firmó en 2019) y gran parte de su obra la dio a conocer inicialmente a través de las redes sociales. En entrevista con El Heraldo de México, la poeta habla acerca de sus procesos creativos y de la poesía en tiempos modernos.

Su rastro puede seguirse en Instagram y en Twitter, en la cuenta @elvirasastre Foto: Leslie Pérez

¿Crees que el mundo necesita la poesía?

Sí, sin duda, el mundo necesita la poesía por multitudes de razones. Al final, siempre hay momentos históricos muy complicados y la palabra es una herramienta muy poderosa para dejarlo por escrito y, a diferencia de otros géneros, lo hace a través de la búsqueda de la belleza y creo que contraponer la belleza y la palabra a las cosas más dolorosas que suceden en el mundo puede ejercer, de alguna manera, como bálsamo. Y coincide en que vimos en un mundo de muchas prisas, dedicar un momento a escribir o leer un poema es un momento de conexión con uno mismo.

¿Cuándo te diste cuenta del poder de la palabra?

Desde pequeña fui una niña muy lectora, descubrí los grandes beneficios de la lectura, tuve la posibilidad de crear, conscientemente, un mundo interno, de potenciar un poco la imaginación y encontrar, algunas veces, diversión, otras consuelo, otras comprensión.

Cada vez hay más referencias de  mujeres en la literatura  y cada vez más se está reconociendo a las autoras de otras generaciones. Sin embargo, hablando del Nobel, Gabriela Mistral es la única poeta en lengua española

Poco a poco se va avanzando más en esto. El Nobel lo acaba de ganar Annie Ernaux, una de mis autoras favoritas. Creo que se va valorando también la poesía, las grandes voces. La poesía no es algo de ahora, en América Latina y en España venimos de una tradición muy importante y creo que es vital que las autoras y los autores poetas que estamos trabajando y que estamos publicando tengamos eso muy claro y valernos de esos referentes. Si al final yo estoy aquí escribiendo y publicando es porque muchas mujeres lo han hecho antes, quizá con pseudónimo, quizá no han tenido la misma oportunidad, pero han allanado el camino para que otras y yo podamos caminar sobre él y no caernos.

¿Qué opinas acerca de que los Grammy añadieron un premio al mejor álbum de poesía?

Ah, no lo sabía. Es maravilloso. Creo que es similar a cuando le dieron el Nobel de Literatura a Bob Dylan. Es importante. Hay que ir abriendo espacios, no quedarse en lo tradicional, adaptarse a los nuevos tiempos y favorecer que la poesía ocupe espacios grandes, esto no es solamente la responsabilidad de los que escribimos o de los que leemos, también necesitamos de los espacios culturales, que posicionen la poesía.

¿Qué es lo que más disfrutas de subirte a un escenario?

Hay algo que me pasa y lo he descubierto aquí, primero en Guadalajara y ahora en la Ciudad de México, y que no me pasa en España y, de momento, no me ha  pasado en ningún otro sitio: es que estoy muy tranquila porque el público aquí me hace sentir que es un espacio seguro para mí ; es algo que valoro mucho porque todos tenemos nuestras inseguridades y no es sencillo ponerte en un escenario, delante de mucha gente y recitar tus poemas, que son cosas íntimas, y, además, yo soy muy sensible, a veces me emociono, tengo que hacer mis ejercicios y a veces lo complica un poco. En este viaje estoy muy tranquila y mi emoción favorita es estar en calma; ha sido gracias al público porque hay una confianza en mí que no parte de ningún tipo de expectativas, sino que es algo muy puro y genuino, lo agradezco mucho porque me parece muy generoso y muy amable.

¿Cómo le has hecho para abrirte al público? 

Hay una especie de empatía bidireccional, es una cosa colectiva. Es verdad que comparto cosas íntimas, pero también es cierto que elijo lo que comparto, no hay nada que comparta que no desee hacer, parto de una elección propia. Además, creo que el público me da mucho, puede que yo dé la palabra, pero yo recibo un silencio, una mirada que hace que por un momento seamos dos, que la poesía esté pasando de un sitio a otro y que exista una comprensión que me parece que es un ejercicio de generosidad de ambas partes.

¿Crees que hay un estigma sobre los poetas que nacieron  en redes sociales, frente a los que lo hicieron en los círculos literarios tradicionales?

Creo que como todo cambio, no sé si movimiento, al final supone una ruptura con algo ya existente, hay veces que gusta y hay veces que no, y hay gente que no quiere comulgar con eso y no se quiere subir a eso, pero es como rechazar, no sé si el progreso o el avance, creo que lo importante es trabajar desde la honestidad y el respeto a la literatura. Me parece que cuantas más herramientas haya para compartir y para difundir el trabajo, pues mucho mejor. A la vista está, por lo menos en España, el boom de la poesía de gente joven se dio con las redes sociales. Cuando comparto mis cosas hago muchísimas recomendaciones, algunos ya han fallecido, poetas más mayores, de modo que muchos de los que critican se han beneficiado de lo que otros poetas han dicho de sus obras. 

¿Qué consejo le darías a quienes desean empezar a leer poesía, pero creen que podría ser aburrida?

Ese es un prejuicio existente, pero cada vez menor. Siempre he defendido que a todo el mundo le gusta la poesía, pero la gente no lo sabe. Se trata de dar con el poeta que te conmueve. Yo, como lectora, si empiezo un libro y la primera página no me gusta nunca lo continúo porque me parece que hay tantos libros en el mundo que no tengo necesidad de leer algo que, en ese momento, no es para mí y no significa que el libro sea malo. Creo que con la poesía pasa eso, hay que quitarse el prejuicio.

¿Recuerdas cuál fue el primer poeta que leíste?

Sí, Bécquer, me resultaba sencillo, entendía lo que me estaba diciendo, despertó algo en mí. Años después, leí a alguien más contemporáneo, a Benjamín Prado, y no sólo quise seguir leyendo, me dieron ganas de escribir. 

Hay quien cree que formas parte de una generación que está transformando la poesía

No sabría decirlo, eso es más un trabajo de profesores; me hace gracia que me metan en generaciones. No hago nada especial, sólo hago las cosas con cariño, con honestidad y con respeto.

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