El nacimiento de los barrios chinos en todo el mundo tiene un origen común: la emigración de miles de personas que, por distintas razones, han viajado lejos de su lugar de nacimiento en busca de mejor fortuna.
Nuestro país no es la excepción, y aunque existen barrios chinos como el de la Ciudad de México, uno de los más pequeños del mundo, también existen otros que tienen una mezcla de encanto y leyenda.
Ese es el caso de La Chinesca, el popular barrio chino que creció en el casco histórico de Mexicali, en Baja California, donde los trabajadores que vinieron desde el Lejano Oriente se asentaron sin perder su identidad.
Sus murales y locales ocultan toda una ciudad subterránea, la cual permite a sus visitantes no solo realizar un viaje por la forma en la que las culturas china y mexicana se complementan, sino por el tiempo y sus tradiciones.
Una historia de migración
Durante las últimas décadas del siglo 19, la mano de obra para los grandes proyectos de ambos lados de la frontera era un bien codiciado. La comunidad china, desde siempre, se había caracterizado por su resiliencia y, hasta cierto punto, por realizar los trabajos a un menor costo que otras personas.
Por esa razón, numerosas compañías norteamericanas traían a cientos de trabajadores desde China para realizar los tendidos del tren en California o trabajar en enormes granjas agrícolas. En el México de los últimos años del Porfiriato eso se replicó.
Según los historiadores de la capital bajacaliforniana, a Mexicali llegaron los chinos traídos por la Colorado River Land Company, la cual explotaba terrenos agrícolas a ambos lados de la frontera.
La Chinesca nació como un barrio de inmigrantes chinos, donde vivían relativamente tranquilos y podían seguir ejerciendo sus tradiciones. Sin embargo, las altas temperaturas que se han vivido tradicionalmente en esta ciudad del norte del país, hicieron que los colonos optaran por realizar un intrincado sistema de túneles para protegerse.
Una ciudad dentro de la ciudad
En los varios kilómetros de túneles que se encuentran debajo del Barrio Chino de Mexicali la vida transcurría como en el añorado Cantón de aquellos primeros inmigrantes, que poco a poco dejaron la agricultura para convertirse en comerciantes, restauranteros y pequeños empresarios.
Se dice que en sus momentos de mayor auge, en los túneles había desde restaurantes hasta fumaderos de opio, de templos para ejercer su religión milenaria hasta cárceles y sitios de enseñanza de caligrafía.
Durante la época de la prohibición del alcohol en Estados Unidos, en la década de los 20, Mexicali recibió a algunas figuras de Hollywood y otros emblemáticos norteamericanos que querían divertirse y tomar un trago. En ese momento, la oferta de La Chinesca floreció.
Entre las leyendas que existen en torno a este sitio, se encuentra que el primer incendio que sufrió fue provocado por los rivales del mafioso Al Capone, uno de los más asiduos visitantes de la zona. Sin embargo, no existen pruebas de ello.
El renacer del dragón
Durante décadas, la Chinesca fue un punto más de reunión para los mexicalenses, que poco a poco entró en un lento declive hacia la década de los 70. Ya a principios del nuevo milenio, la mayoría de sus casas estaba deshabitada y sus túneles cerrados.
Todo cambió hace algunos años, cuando la propia comunidad china de Mexicali y los gobiernos local y estatal decidieron darle un segundo aire a esta zona histórica de la capital bajacaliforniana.
Actualmente, puedes recorrer sus calles y subterráneos gracias a una visita guiada, que en 105 minutos te explicará todo lo que debes saber sobre su historia y relevancia cultural para México y China.
Además, debes aprovechar para disfrutar la que se considera la mejor comida china de México, de donde saldría un estilo muy particular que se disfrutar tanto al sur de Estados Unidos como en todo el territorio nacional.
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