En la obra aparece un basamento arqueológico sobre el que se ha construido una tienda departamental; otros elementos del entorno apuntan a la identidad mexicana, el pasado indígena y la influencia capitalista de la vida moderna. Se trata de una de las 28 piezas que Rodrigo Ímaz (1982) y Santiago Robles (1984) han trasladado al Palacio de la Autonomía, justo en el “epicentro nacional”, junto al antiguo Templo Mayor mexica.
“El espacio, por sí mismo, conjunta todas esas capas históricas de las cuales los mexicanos somos producto actual; nos parece que aquí tiene mucho sentido la exposición porque de lo que habla se ve reflejado en el mismo edificio”, explica Ímaz. A partir de hoy, la dupla de creadores abre al público “Estas ruinas que ven”, una prolongación de su anterior muestra (“Happy Milpa”), curada ahora por Fernando Gálvez.
A los óleos, acrílicos y grabados, se han agregado instalaciones que se distribuyen por el edificio, entre los vestigios coloniales del ex convento de Santa Teresa. En todas las piezas hay una posición frente a fenómenos globales como el colonialismo, el neoliberalismo y el capitalismo, y su influencia en la conformación de la identidad mexicana, sus orígenes y sus mitos.
“La historia que nos precede es compleja y en ese sentido, pretendemos fijar posturas claras, por ejemplo de cómo nos ha afectado a la concepción de nuestras identidades acciones como el TLC o las redes sociales. El colonialismo tiene muchas vertientes y en medio de esta vorágine de comunicación, de capitalismo, buscamos encontrar antecedentes, genealogías, partes de la historia con las cuales nos identificamos”, señala Robles.
¿QUÉ MÁS?
- La exposición permanece abierta hasta el 28 de febrero.
- Es organizada en conjunto por Fundación UNAM y la FAD.
- Ambos artistas son de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM.
- Conjuntamente se ofrece un programa de charlas y talleres.
PAL