El reconocido padre del psicoanálisis es considerado uno de los personajes más controversiales de la filosofía moderna. Su revolucionaria teoría del pensamiento le provocó una serie de diatribas y críticas hacia su persona, además de que vivía en una época en la que la moral era considerablemente estricta.
El neurólogo proveniente de Austria, Sigmund Freud sentó las bases del psicoanálisis, un estudio sobre la pisque del ser humano que funciona como teoría de la personalidad para tratar a personas que padecen de trastornos mentales. Freud señalaba que una persona está sujeta a sus pensamientos, deseos y recuerdos reprimidos. La infancia jugaba un papel importante en su teoría, explicaba como las experiencias traumáticas o dolorosas se desprenden de la consciencia y se adhieren a la inconsciencia. El psicoanálisis busca traer los recuerdos reprimidos a la luz para que vuelvan a formar parte de la conciencia, y se habilite el tratamiento con el trastorno presente.
En 1885 obtuvo una beca para viajar a Francia y trabajó durante cuatro meses con el reconocido neurólogo francés Jean-Martin Charcot, con quien se dedicó a estudiar los efectos de la hipnosis y la sugestión en los tratamientos médicos. Un año después, al tener mayor experiencia en el campo de la hipnosis, Freud comenzó a colaborar con Josef Breur, un psicólogo que tenía experiencia en los tratamientos de hipnosis desde varios años, y juntos iniciaron una colaboración para escribir “Estudios sobre la histeria”, obra donde se observó los albores del psicoanálisis.
Fue hasta 1896, después de haber pasado por varios desacuerdos en su colaboración con Breuer, que Freud empezó a trabajar por sí solo para concebir los primeros y más importantes conceptos del psicoanálisis, el “inconsciente”, la “represión” y la “transferencia”. Tres años después surgió su famoso tratado “ La interpretación de los sueños” y en 1905 “Tres contribuciones a la teoría sexual”.
Freud pasó por varios desprecios por parte de sus colegas médicos, ya que se alegaba que su teoría no contaba con los elementos necesarios para ser considerada una ciencia.
A pesar de todos estos contratiempos, Sigmund obtuvo mayor reconocimiento a tal punto de obtener discípulos en 1908, donde formaba parte Carl Gustav Jung, eminente médico y ensayista.
Sus miedos más irracionales
Es bien sabido el inexplicable miedo del psicoanalista hacia el número 62 y los helechos. Se negaba enérgicamente a hospedarse en una habitación que tuviera el número, y procuraba huir a toda costa cada vez que se lo encontraba. De igual manera le tenía pavor a los helechos, por lo que probablemente él mismo era víctima de algún trastorno el cual detonara estos comportamientos.
Cabe destacar que también era un fumador compulsivo, por lo que el decía que “Fumar es indispensable si no se tiene a nadie quien besar”, y de igual modo llegó a consumir cocaína, sustancia que le provocaría afectaciones de salud . Bajo este panorama, no es disparatado considerar que Freud poseía algún trastorno que, basado en sus teorías, pudo haber surgido gracias a una experiencia traumática en sus años de infancia.