Partiendo de una reflexión en la que los animales y microorganismos hacen suyos los espacios ante la ausencia del ser humano, sucede “Holobiontes”, exposición y colección más reciente del fotógrafo César Ibarra, quien tras colocar diferentes bodegones en medio de la naturaleza logró capturar la apropiación de los animales, quienes se acercaban a degustar el festín.
De acuerdo con Ibarra, cada imagen le tomó un tiempo distinto, ya que algunos animales, ante su ausencia se aproximaron de inmediato, mientras que otros tardaron.
“Somos huéspedes y hospedantes dentro de una cadena simbiótica que pareciera infinita, a pesar de que nos hemos empeñado en erradicar cada microorganismo de nuestro cuerpo para mantenerlo limpio y en alejar, o por lo menos mantener bajo control, a cualquier especie que pueda superarnos, estamos dentro de un caldo de cultivo del que no tenemos conciencia y en el cual nuestra ausencia solo es motivo de un desarrollo distinto”, reflexionó.
“Holobiontes”, que permanece en exhibición en la Universidad Autónoma de Querétaro muestra 15 fotografías, algunas de ellas, se han presentado en exhibiciones como el Encuentro de Imagen un evento anual organizado por el Laboratorio de Imagen del CECRITICC; el Macrosalón, una plataforma de arte contemporáneo; entre otros.
Inspirado en el cine, las imágenes contaban con un formato 16:9, sin embargo, el fotógrafo explicó que ya se encuentra experimentando con otras dimensiones, en cuanto a la posibilidad de ver más obras de la colección, contó que ya se encuentra trabajando en nuevas piezas.
Sobre César Ibarra
César Ibarra es un fotógrafo de 36 años de edad nacido en la Ciudad de México cuyo interés por la biología, la filosofía, la neurología, semiótica y el pensamiento humano converge a través de la fotografía; actualmente cuenta con seis exhibiciones colectivas, una individual y diferentes publicaciones de sus obras en revistas editoriales.
Sobre sus influencias para Holobiontes, contó que estás se inclinaron más hacia el barroco, el color, la geometría y el claroscuro.
"No somos el centro, no dirigimos el sistema, ni somos independientes; y aunque nos vemos a nosotros mismos como la medida de todas las cosas, es nuestro entorno lo que pareciera tener en su propia conciencia la verdadera medida de lo que es necesario, de lo que sobra, lo que falta, de la naturaleza del cambio y de la importancia real del paso del tiempo que se vuelve vida", finalizó.
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