ARMANDO MANZANERO

Manzanero, en nuestros corazones

El compositor ha estado presente en nuestras vidas desde la segunda mitad del siglo XX a través de la canción romántica, compartiendo el sentimiento

CULTURA

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CARISMA. Foto: Cortesía SACM.Créditos: Foto: Cortesía

En octubre de 2017 se inauguró la exposición Autores y Compositores de México en la estación División del Norte de la Línea 3 del Metro. La muestra estuvo integrada por fotografías, bustos y objetos de artistas del país, entre los cuales se encontraban tanto contemporáneos como clásicos de la música mexicana, entre ellos Agustín Lara, José Alfredo Jiménez, Consuelo Velázquez y, por supuesto, Armando Manzanero.

En esa ocasión tuve la oportunidad de conocer al maestro Armando Manzanero y conversar con él para confirmar lo que en estos días tristes que han seguido a su partida se ha conversado ampliamente: don Armando era un entrañable ser humano que transmitía siempre cariño, sencillez y calidez a todas las personas que tuvieron la oportunidad de estar cerca de él. Esa virtud, la de la empatía y la búsqueda del corazón del otro, es tal vez uno de los signos más importantes de su inconmensurable obra musical. Así, la cercanía con Manzanero fue un privilegio de millones.

Hoy, en México y en todo el mundo de habla hispana, lloramos la partida de quien fue el último representante –tal vez el más grande– de una enorme vertiente de la música popular contemporánea que, desde la segunda mitad del siglo XX, ha estado presente en nuestras vidas: la canción romántica convertida en una forma masiva de compartir el sentimiento. Y es que la obra del compositor de origen maya, quien se enorgullecía de la lengua originaria que hablaba su abuela, ha trascendido las fronteras mexicanas y ha llegado, por la potencia que sólo el talento artístico puede generar, a ser reconocida y cantada en toda Iberoamérica y más allá.

De acuerdo con la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), asociación de la que fue presidente en los años recientes, al momento de su fallecimiento, Armando Manzanero había compuesto más de 600 canciones, decenas de las cuales han trascendido a nivel mundial, tanto en versiones originales como traducidas, al ser interpretadas en más de 30 idiomas. Artistas como Elvis Presley, José José, Luis Miguel, Filippa Giordano, Miguel Bosé, Fito Páez, Natalie Cole, Pablo Milanés, Raphael, Roberto Carlos, Tania Libertad o Tony Bennett han interpretado y llevado por el mundo las canciones de nuestro querido Manzanero.

¿Quién no se ha emocionado y ha tarareado temas como “Adoro”, “Esta tarde vi llover”, “Voy a apagar la luz”, “Contigo aprendí”, “Somos novios”, “Como yo te amé”, “Por debajo de la mesa”, “No sé tú” o “Nada personal”?

CANTANTE. Foto: Cortesía SACM

La música de Manzanero es poesía de principio a fin. Creo que ahí radica su facultad para ser universal, más allá de los países, las clases sociales y las generaciones. Sus letras tocaron y seguirán tocando las fibras de todas y todos, las emociones humanas y las situaciones que todos experimentan, como el amor o la soledad; por ello nadie escapa a su encanto. Carlos Monsiváis escribió que don Armando hacía “del trabajo constante su fuente de inspiración, de la inspiración uno más de sus recursos estilísticos, de los tres o cuatro minutos de cada canción el paisaje donde la melodía compleja y las frases sencillas hacen inevitable el enamoramiento del amor”.

Así, difícilmente alguien puede ser ajeno a la profundidad de las palabras sencillas que entrelazadas con filigrana saben mover los hilos del alma. La penetración en el sentir popular de las canciones de Manzanero debe entenderse también a la luz de nuestra modernidad y sus señales: la belleza como un bien común, el amor como parte de la libertad, el goce o el sufrimiento como componentes de la experiencia vital, como factores que nos acompañan en la construcción del destino individual y compartido. Por eso las canciones de Armando Manzanero eran la música de fondo de los jóvenes que –enamorados– a principios de los años 60 bailaban Rock and Roll, y en 1968 luchaban por cambiar al mundo tomando las calles de nuestra ciudad. Por eso, las canciones y la poesía de Manzanero siguieron y siguen siendo un componente de nuestro devenir.

El poeta español Luis Rius nos enseñó para siempre que “no se puede vivir como si la belleza no existiera”. Las canciones del maestro Armando Manzanero se inscriben, sin duda, en esa belleza necesaria que nos recuerda que estamos vivos, que sentimos y nos emocionamos, que habitamos el mundo y algo entrañable nos hace humanos a pesar de que, a veces, las realidades parezcan indicar lo contrario.

Por Vanessa Bohórquez