En la navidad de 1864, la burguesía mexicana que frecuentaba el Castillo de Chapultepec, vio por primera vez el esplendor de un árbol adornado para la celebración de las fiestas decembrinas.
La costumbre de colocar un árbol de navidad apenas llegaba a Europa y Norteamérica, mientas que en México, el emperador Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota fueron quienes trajeron ésta tradición alemana.
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En el año de 1865, la recién tradición estuvo a punto de romperse, esto por motivo de la muerte de Leopoldo I, Rey de Bélgica, padre de Carlota y el luto nacional que fue impuesto, sin embargo, el árbol fue colocado y adornado.
Fin del imperio
En cambio, al año siguiente, no se colocó debido a que seis meses atrás, según versiones, Maximiliano había muerto en Querétaro y con esto, el imperio habría llegado a su final.
Para 1878 el general Miguel Negrete fue quien colocó un árbol navideño en su mansión, según la prensa de aquel tiempo, bajo el enorme pino, había cerca de 250 costosos y exuberantes regalos para cada invitado de la cena de noche buena.