Si eres fanático de los gatos y decides adoptar un ejemplar para convertirlo en tu mascota, debes conocer ciertos aspectos de ellos. Son animales independientes y en ciertos casos, resulta misterioso su comportamiento. Además, necesitan un tiempo para adaptarse a los nuevos espacios.
Hay un ejemplar, el gato oriental de pelo corto, cuya estructura física es similar a la del siamés. Posee un cuerpo largo y delgado, con una musculatura bien definida. Su cola es larga y afilada, con forma de látigo, y sus patas son estilizadas y elegantes, lo que les otorga un aspecto ágil y grácil. No son felinos que pasan desapercibidos.
La mirada del gato oriental
Los gatos orientales son devotos de los seres humanos, y suelen desarrollar un vínculo muy fuerte con sus cuidadores. Si no les haces el caso que precisan, pueden llegar a ofenderse, mostrándose orgullosos y temperamentales. No obstante, su carácter es muy dulce. Esta raza se origina en Estados Unidos y Gran Bretaña y, en esencia, es un siamés con un pelaje de color sólido diferente y ojos verdes. Hay que exceptuar a los orientales blancos, que suelen tenerlos azules. Su morfología y comportamiento son idénticos a los del siamés.
Los gatos orientales son activos y enérgicos, pero también muy sensibles, es por eso que requieren mucha atención y cariño por parte de sus cuidadores. Además, son animales muy sociables que no toleran nada bien la soledad, por lo que si estás pensando en adoptar un ejemplar de esta raza tendrás que prepararte para pasar el máximo tiempo posible con tu mascota y procurarle todo tipo de juegos y entretenimientos. Ello forma parte de su comportamiento y de cómo perciben a los humanos.
Al ser activos y juguetones, estos gatos requieren mucho ejercicio y estimulación mental para mantenerse saludables y felices. Son leales y cariñosos con sus dueños, y a menudo se les describe como "gatos-perros" debido a su naturaleza sociable y afectuosa.
