En México existen diversas leyendas y creencias sobre las brujas en estados como Veracruz, Puebla, Hidalgo, el Estado de México e incluso en la capital del país.
Y es que hay quienes las relacionan con bolas de fuego, lechuzas e incluso guajolotes, pues hay comunidades con historias sobre experiencias cercanas a estas mujeres con poderes mágicos.
En la Ciudad de México, de acuerdo con la tradición oral que transmiten personas que han vivido en ciertos lugares por bastantes años, ha contribuido a la divulgación de historias fantásticas que en muchas ocasiones, parecen no tener explicación.
Brujas y chamanas en la CDMX
Al sur de la capital, hay varios relatos sobre estos seres en alcaldías como Tlalpan, Tláhuac, Xochimilco, Coyoacán y Milpa Alta, ya sea a través de una leyenda o de una experiencia personal con alguna bruja, las historias abundan, como la de la bruja de Coyoacán.
Se trata de una mujer muy bella recién casada con un hombre, a quien le preparaba un platillo que a él le parecía extraño, además, al cocinarlo desprendía un olor similar al de la sangre quemada y al no obtener una respuesta convincente por parte de su esposa sobre de qué se trataba, decidió espiarla.
Una noche, descubrió que su hermosa esposa se quitaba la piel y posteriormente se convertía en una bola de fuego. En su ausencia, el hombre quemó la piel que la mujer dejó, a su regreso, su esposo no la encontró, por lo que se azotó contra la pared hasta desaparecer por completo.
En tanto, hay otras creencias que giran en torno a qué hacer y qué no hacer para evitar molestar a las brujas o evitar que se lleven a los niños y bebés, como no descuidar a los recién nacidos, colocar tijeras en forma de cruz debajo de sus almohadas, ocultar espejos, bautizarlos y evitar ir solos a lugares como milpas, sembradíos y cerros, como en el Parque Nacional los Dinamos.
Por otro lado, en la Ciudad de México existe un lugar en la colonia Roma con tradición sobre estos seres, se trata de la Casa de las Brujas, un edificio de estilo gótico construido hace poco más de un siglo. En el lugar habitó Pachita, una curandera mexicana que lo extraordinario de su método es que no utilizaba nada más que sus manos y en ocasiones, un cuchillo, para extraer órganos dañados. Con ella asistían políticos y reconocidos empresarios.
Apariciones de brujas en otros estados
En la localidad de Copaltitla, ubicada en Tepetzintla, en Veracruz, en 1877 existió Marcelina Luis Morales, quien sobrevivió al brote de viruela, se trataba de una mujer con un aspecto deprimente por sus ojeras, largas uñas, piel pálida y escaso cabello; se decía que por las noches se transformaba en animal.
Con brebajes y polvos mantenía dormido a su esposo y así lo podía controlar, por lo que luego de un ritual que realizaba a medianoche, la mujer se liberaba de sus extremidades y se iba volando en busca de niños para alimentarse. Se cree que al igual que la bruja de Coyoacán, su esposo al darse cuenta se percató y quemó sus piernas, luego huyó del lugar dejándola morir sola y sin extremidades.
En Atlixco, Puebla, existe una leyenda que ha pasado de generación en generación, se trata de las famosas bolas de fuego cerca de los cerros, que presuntamente son brujas, quienes se transformaban en guajolotes para cazar niños menores de cinco años, borrachos y parejas que se encontraran en el camino.
Para protegerse los habitantes colocaban cruces de ocote y tijeras cruzadas en las puertas de sus hogares, para de esta forma, ahuyentar a los extraños seres.
Aunque en algunas historias hay elementos en común, en otras pueden ser totalmente contrarios, pues hay quienes asegura que las brujas son mujeres hermosas, mientras hay quienes afirman que son poco agraciadas y de edad avanzada. La realidad es que siguen siendo un misterio para los habitantes de determinadas zonas, quienes aseguran haberlas visto y les atribuyen desapariciones.
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