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Hoteles para sumergirte en la naturaleza

Cinco lugares para escapar de la ciudad y, verdaderamente, refugiarnos en la naturaleza

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Cinco lugares para escapar de la ciudad y, verdaderamente, refugiarnos en la naturaleza. Foto: EspecialCréditos: Especial

Empezamos el año con la vista clavada en el horizonte. Para los viajeros, el inicio de 2022 representa la oportunidad de soñar con nuevas aventuras y planear nuestras próximas escapadas, pero, está vez, reforzadas con un renovado sentido de responsabilidad hacia el entorno natural y más urgencia que nunca por refugiarnos en su riqueza exuberante.

Dos años después del inicio de la pandemia, dejar atrás los centros urbanos para cambiarlos por paisajes naturales es menos un antojo que una necesidad. Encerrados en nuestros hogares y acostumbrados a ver el mundo a través de una pantalla, hemos descubierto que el contacto con el medio ambiente no es sólo un lujo reservado para pasar los pocos días de vacaciones que tenemos al año, sino una vía para procurar nuestra salud física y mental.

Hoy, más que nunca, estamos listos para cambiar las paredes de nuestro hogar (o las de un hotel tradicional) para sumergirnos en un paisaje natural. Estos cinco lugares son perfectos para lograrlo.

Para sumergir los pies

Pocos lugares sugieren una escapada a un destino más puro y secluído que una isla enclavada en un fiordo en la remota península de Kenai, al sur de Anchorage, en Alaska. Y eso es, precisamente, lo que las siete yurtas de las Orca Island Cabins ofrecen. Resguardadas entre arboledas, abetos y aguas irresistiblemente cristalinas, e impulsadas por energía solar, son ideales para alejarse del bullicio metropolitano en familia.

De altura

Un ejemplo de cómo la arquitectura puede ser el detonante para un nuevo tipo de turismo mucho más responsable y comprometido con la preservación de su entorno natural y cultural, el ClimaHotel –la expansión del refugio Zallinger–, ubicado en la parte alta de los Dolomitas, en los Alpes italianos, a cargo del colectivo arquitectónico Noa*, recupera las construcciones de una antigua granja, para convertirlas en pequeños chalets que rescatan el encanto de una villa alpina, al mismo tiempo que conjugan confort, diseño, sostenibilidad y protección ambiental.

Casa verde

Ubicado a 500 metros de altura sobre la espesa selva costarricense, Cielo Lodge, regala vistas arrebatadoras del Parque Nacional Corcovado –el más extenso en la nación centroamericana– y, más allá, del océano Pacífico. Cada una de sus seis suites cuenta con una inspiradora terraza al aire libre, perfecta para empezar el día, antes de adentrarte en la colección de experiencias de aventura que el destino ofrece, como excursiones para ver ballenas, senderismo y clases de surf en la comunidad de Pavones, en la costa pacífica del país, y casi sobre la frontera con Panamá. Las jornadas terminan en su acogedor Sunset Bar, ante un atardecer multicolor, que nos recuerda, con alegría, lo lejos que estamos de la ciudad.

Al infinito

Al interior del Parque Nacional Con Dao –compuesto, principalmente, por un deslumbrante archipiélago que se ha convertido en hogar para especies en peligro de extinción–, en el sureste de Vietnam, Six Senses Con Dao Resort apuntala su espíritu conservacionista con acciones concretas como la implementación de un programa que lo ha vuelto 99 por ciento libre de plásticos y una iniciativa que ha reinsertado a más de un millar de tortugas en peligro en su hábitat natural. Este año,  la propiedad presentará una colección de nuevas instalaciones, perfectamente integradas al entorno, y que potenciarán el espíritu de bienestar que caracteriza a la cadena. También, en 2022, ofrecerá la oportunidad de cenar en la azotea de su restaurante By the Beach y bajo la luz de las estrellas.

Escrito en piedra

Inaugurada en 2009 en los desiertos de Utah, en la última década, Amangiri se ha convertido en una de las propiedades más instagrameables de Estados Unidos, gracias al irresistible matrimonio entre diseño, arquitectura y naturaleza desértica, con más de 180 millones de años de antigüedad, que propone. Y, el año pasado, presentó su novedoso Camp Sarika, una colección de 10 pabellones de lona, ubicados a sólo cinco minutos en carretera, en donde las rocas, el cielo y la luz en constante cambio y movimiento, dibujan un irresistible oasis, tanto en el desierto, como en la cotidianidad.

POR DOMINGO ÁLVAREZ

MAAZ