Zunduri, una joven de apenas 22 años (en el 2015, actualmente cuenta con 27 años) vivió un infierno en la tintorería en la que trabajaba, ilusionada como miles de mexicanos que desean salir adelante, se escapó de su casa para buscar trabajo y lo único que encontró fue malos tratos, vejaciones, golpes y una cadena cerrada alrededor del cuello y la cintura por meses.
El estremecedor caso de Zunduri (nombre ficticio para mantener su privacía) es el primero conocido de esclavitud laboral en México, la muchacha fue ‘contratada’ para realizar labores de lavado y planchado dentro de una tintorería de nombre "Planchaduría Express", ubicada en la manzana 134, lote 22, de la calle Izamal, en la Colonia Lomas de Padierna, de la alcaldía Tlalpan, en el sur de la capital del país.
Los responsables de tan miserable trato fueron aprehendidos, una familia entera integrada por la propietaria de la tintorería, su hermana, dos hijas y la pareja de la dueña, se ‘encargaban’ de mantenerla en cautiverio, trabajando de sol a sol, sin comida, sin poder dormir, con trabajo acumulado y con una deuda impagable producto del cansancio (las prendas que quemaba o arruinaba por causa del cansancio le eran descontadas de su sueldo), una mezcla efectiva para quebrar el corazón y el espíritu de cualquiera.
Sin embargo, Zunduri no estaba dispuesta a continuar viviendo en ese infierno y por esa razón un día aprovechó un descuido de sus captores y escapó, con ayuda de una amiga denunció el maltrato del que fue objeto ante la Fiscalía General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) y con esa denuncia y las evidentes marcas en su cuerpo, la dependencia realizó las diligencias y arrestó a todos los implicados, (Leticia Molina Ochoa, José de Jesús Sánchez Vega, Ivette Hernández Molina, Fany Molina Ochoa y Jannet Hernández Molina).
Ese día Zunduri por fin pudo sentir un poco de justicia y alivio en el alma, de acuerdo con su propio relato, y luego de varios meses de rehabilitación física y sicológica, la joven decidió contar su historia en varios medios de comunicación, entre sus mayores placeres destacaba la idea de comer a la hora que quisiera, bañarse con agua caliente, dormir a sus anchas, pequeños detalles que pasan desapercibidos para la mayoría de seres humanos pero para ella significaban libertad.
Con el paso del tiempo la joven mujer se ha dedicado a rehacer su vida, participar en campañas para concientizar a la población en contra de la trata de personas y la esclavitud, poniendo su granito de arena en el tema.
Tareas pendientes
En el 2015 con motivo del Día Mundial contra la Trata de Personas, conoció al papa Francisco en el Vaticano formando parte de la campaña de la "Hoja en Blanco", que intenta alertar sobre la trata de personas y la esclavitud.
El caso de Zunduri salió a la luz y fue ampliamente difundido, sin embargo, existen otros tantos que no son conocidos e incluso alguien en este momento podría pasar por una situación similar y su voz esta silenciada.
Lo anterior viene a colación porque cada 23 de agosto se lleva a cabo la conmemoración del Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición.
El 23 de agosto se conmemora el aniversario de la insurrección, en 1791, de los hombres y mujeres sometidos a la esclavitud en Saint-Domingue, la parte occidental de la isla de La Española que, al proclamar su independencia, recuperó su nombre amerindio original: Haití.
Esta revuelta comporta una reivindicación universal de libertad, que va más allá de cualquier límite espacio-temporal.
Apela a toda la humanidad, sin distinción de origen ni de religión, y sigue resonando con la misma fuerza hasta nuestros días.
Mediante el Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) recuerda la importancia fundamental de la transmisión de la historia para poner de relieve la lucha contra todas las formas de opresión y racismo que existen en la actualidad.
El efecto que provocó la revuelta de 1791 ha marcado el curso de las luchas de liberación de los pueblos y de los movimientos de defensa de los derechos humanos y civiles desde hace más de 200 años.
En México lastimosamente no estamos haciendo la tarea, de acuerdo con un estudio publicado por la organización Hispanics in Philanthropy (HIP), el delito de trata de personas ha aumentado en un 32.5 % entre 2015 y 2020.
El país pasó de 415 víctimas de trata en 2015 a 550 en 2020, siendo esta la cifra más alta en la historia reciente del país. De 2016 a 2018, los promedios eran de poco más de 300 casos; el aumento comenzó a verse a partir de 2019 (544).
Por esa razón, resulta indispensable visibilizar los casos como el de la joven Zunduri, sólo de esa manera podremos avanzar en las soluciones y no seguir aumentando la tasa de casos que nos mantienen en alerta.