Cuando México todavía era parte de España, en la antigua Guadalajara, justo a finales del siglo XIX, llego a la ciudad un hombre misteriosos proveniente de Europa, su nombre era Jorge, aunque muchos lo llamaban el Conde Baldor.
Muy pronto logró acaparar las miradas de todos los lugareños, pues las personas decían que sus costumbres y apariencia eran muy extrañas, sobre todo porque le gustaba pasear por las noches y siempre vestía de negro.
El conde compró una gran hacienda en Guadalajara, pero sus vecinos tampoco se sintieron muy cómodos con su presencia y menos cuando comenzaron a suceder cosas extrañas a los alrededores.
Los pobladores reportaron animales muertos, pero estos no presentaban ningún signo de violencia, solo algo extraño: ninguno de ellos tenía ni una gota de sangre, toda había sido extraída.
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Se tenían diversas teorías para entender lo que pasaba, algunos decían que era una pandemia, o que había algún animal salvaje rondando el ganado, sin pensar lo que realmente sucedía.
Cansados de despertar con sus animales y mascotas muertos e incluso algunas personas, los residentes salieron a cazar aquello que estaba atacando su ganado, para sorpresa de los presentes encontraron a Don Jorge mordiendo el cuello de un animal, cuando lograron reaccionar comenzaron a intentar atraparlo pero el veloz vampiro huyó.
La gente asustada acudió a su casa, la rodearon y lo atraparon, le clavaron una estaca en el pecho y muestras eso pasada el Conde juró que regresaría para vengarse de todos.
Lo curiosos de esta leyenda es que el cuerpo de Don Jorge fue enterrado en el Panteón de Belén y algo llamativo sucedió, encima de la tumba nació un árbol, y se dice que el día en el que el que crezca demasiado vampiro saldrá de la tierra y quedará libre y otros mencionan que cuando se sequé el Conde vendrá por todos.
GB