Iván Archivaldo Guzmán ya no es conocido en el mundo de las drogas como el hijo de El Chapo Guzmán y es que ahora lo llaman El Rey de la Cocaína, su fama de rey no sólo se lo ganó, presuntamente, traficando con el polvo blanco sino que hace más de una década le demostró su poder a los grupos criminales rivales del Cártel de Sinaloa.
La historia de Archivaldo comenzó a tomar relevancia después de que la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés) tuviera una confesión de un testigo protegido que lo identificaba como uno de los principales cabecillas del Cártel de Sinaloa (CDS).
El poder del hijo de El Chapo creció con la ayuda de Ismael El Mayo Zambada, quien entonces también fue señalado como otro de los líderes del Cártel de Sinaloa. El rey de la Cocaína es el encargado de trasladar la droga desde Colombia a Estados Unidos, mientras que El Mayo negociaba el precio del producto en Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú, Panamá, Costa Rica, Honduras y Guatemala.
Emboscaron a Archivaldo
Entre la información que tanto autoridades como enemigos de Archivaldo Guzmán sabían era que el hijo de El Chapo tenía un Mercedez 2006, tipo SLRM McLaren, un Nissan 2014 tipo GTR, un Ferrari 2010 y un Lamborghini modelo murciélago y que al parecer su favorito era el Ferrari.
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Para agosto de 2010, según Infobae, un grupo de sicarios ubicó el Ferrari y lo emboscaron en la colonia Las Quintas, en Culiacán. Al pensar que el conductor era Iván Guzmán, lo rafagearon, pero en lugar de asesinar a Iván Archivaldo, ejecutaron a Marcial Fernández, hijo de Manuel Fernández Valencia El Animal o La Puerca, un sicario del Cártel de Sinaloa; en la actualidad está en la cárcel en Estados Unidos.
En el testimonio de La Puerca, confirmó la versión y dijo que los chapitos; es decir, Iván, Jesús Alfredo y Ovidio llegaron a la escena del crimen se llevaron el automóvil y el cuerpo de su hijo, para que los policías no lo encontraran y lo entregaron a la familia donde lo enterraron.
Semanas después, le dijeron que atraparon a El Guacho presunto responsable de la muerte de su hijo e integrante del Cártel de los Beltrán Leyva. Al sujeto lo torturaron entre varios miembros del Cártel de Sinaloa, entre ellos Los Chapitos; lo que comprobó que la familia de Guzmán Loera es muy unida.