Encontrar “pureza” es casi imposible. El asunto es que quienes lleguen a la SCJN lo hagan sin demasiadas ataduras y compromisos que acoten su actuar. Que no tengan dueño ni jefe. Vínculos y afinidad siempre habrá, pero quienes aspiren a ser ministros deben gozar de la suficiente autonomía como para tomar decisiones y juzgar sin consigna. Quizá esa debe ser la principal característica que quienes decidan participar en el experimento electoral del 1 de junio deberán sopesar. Un Poder Judicial fuerte pasa por juzgadores independientes, imparciales y honestos.
Va le la pena, pues, revisar dónde están las cercanías de quienes ya arrancaron campaña y buscarán un asiento en la nueva Corte.
De los 63 aspirantes, menos de la mitad (28) han pasado por el Poder Judicial federal o estatal; 30 están en la academia, tienen sus despachos de abogados, son activistas o han sido funcionarios en gobiernos de la 4T; y cinco más se desempeñan como secretarios de estudio o tribunales.
Las mujeres tienen más trayectoria en el Poder Judicial. De las 32 que compiten, 16 son magistradas federales o estatales y tres son ministras. En el caso de los hombres, de los 31, sólo hay 8 magistrados y un juez. El de mayor carrera es el expresidente del Tribunal de Justicia en el Edomex, Ricardo Sodi; juzgador por más de 15 años.
De los 63, al menos 22 tienen lazos con liderazgos morenistas, incluso han militado en ese partido. Mientras hay quienes estarían ligados con el PAN o MC. Pero hay muchos otros nombres, redes de poder y trayectorias afines a proyectos políticos.
María Estela Ríos, exconsejera jurídica del expresidente AMLO; Darlene Rojas Olvera, presidenta de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje en CDMX, y esposa del morenista Jesús Valencia; Federico Anaya, exasesor de Martí Batres; Eduardo Santillán Pérez, exdiputado local y excandidato a alcalde por Morena; Irving Espinosa Betanzo, exasesor de Morena en el Congreso CDMX.
Hay familiares, como Paula María García Villegas, hija de la diputada de Morena y ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero. Personas cercanas al ministro en retiro Arturo Zaldivar, como Lorena Pérez, Fabiana Estrada, Ana María Ibarra y Marisol Castañeda. Y también a otros ministros, como Jazmín Bonilla, quien ha trabajado varios años en el Poder Judicial y es cercana a Javier Láynez.
Hay personajes polémicos. Ulises Carlín, por ejemplo, exconsejero jurídico del gobernador de NL Samuel García, o Mauricio Flores, quien fuera abogado del empresario Alonso Ancira.
Dora Alicia Martínez, que fue diputada del PAN; Sara Irene Herrerías, experta en criminología que trabajó en la FGR con Peña Nieto y AMLO, y hoy lo hace en la Fiscalía de Alejandro Gertz. Y hasta Maricela Morales, extitular de la PGR.
Perfiles más técnicos, como Magda Zulema Mosri Gutiérrez, magistrada de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa; y Arístides Guerrero García extitular del Info CDMX.
Y desde luego las tres ministras que compiten, y que parecerían tener “un pie dentro”. Imposible pensar que todas forman parte del mismo grupo. Al contrario. Lenia Batres se ha confrontado tanto con Yasmín Esquivel como con Loretta Ortíz, y esta última también con Batres. Como en el resto de la 4T, no hay uniformidad.
De entre ellos, saldrán los próximos integrantes de la SCJN. ¿Qué tan autónomos e independientes llegarán? ¿O qué tan comprometidos y con quién?
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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