La rebelión geopolítica

México ante los aranceles de Trump: ¿Guerra comercial o error estratégico?

La respuesta del gobierno mexicano, encabezado por Claudia Sheinbaum, ha sido clara y firme. La presidenta ha dejado en claro que México no se quedará de brazos cruzados

México ante los aranceles de Trump: ¿Guerra comercial o error estratégico?
Talya Iscan / La rebelión geopolítica / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

El anuncio de Donald Trump sobre la imposición de aranceles del 25% a las importaciones mexicanas sacudió el escenario económico y diplomático. En un intento por justificar esta medida, el presidente citó cuestiones de seguridad fronteriza y tráfico de fentanilo. Pero los efectos reales de esa decisión parecen ir más allá de sus justificaciones políticas, afectando no solo a México, sino al propio mercado estadounidense.

La respuesta del gobierno mexicano, encabezado por Claudia Sheinbaum, ha sido clara y firme. La presidenta ha dejado en claro que México no se quedará de brazos cruzados y anunció que el país tomará medidas arancelarias y no arancelarias en respuesta a esta agresión económica. No solo busca proteger la economía mexicana, sino también enviar un mensaje contundente: México no aceptará chantajes ni amenazas económicas unilaterales.

Actualmente, el 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos. México es el primer socio comercial de EE.UU., superando a China y Canadá en volumen de comercio. La imposición de estos aranceles golpeará sectores clave como el automotriz, el agrícola y el tecnológico, encareciendo costos para empresas estadounidenses que dependen de insumos mexicanos. ¿Acaso Trump está dispuesto a afectar a su propio mercado con tal de cumplir su agenda populista?

Pero México no está solo. En los últimos años, ha diversificado su comercio con China, Brasil, India y Sudáfrica, miembros del bloque BRICS, que buscan fortalecer su influencia en América Latina. China, por ejemplo, ya representa el 1.9% de las exportaciones mexicanas, cifra que podría aumentar si México decide priorizar acuerdos con Pekín. Brasil y Argentina, grandes exportadores de productos agrícolas e industriales, también pueden convertirse en socios estratégicos en caso de que EU insista en restringir el comercio bilateral con México.

Trump no solo golpeó a México. También decidió imponer aranceles a China y Canadá, generando una cadena de reacciones que podrían costarle caro. En el caso de China, el mandatario busca recuperar la retórica de guerra comercial iniciada en su primera administración, con la esperanza de forzar a Pekín a renegociar términos más favorables para EU. Pero la realidad es otra: China ha reforzado sus lazos comerciales con otros mercados emergentes y, en lugar de ceder, ha fortalecido su cooperación con el BRICS y otros países de Asia y América Latina.

En cuanto a Canadá, Trump revivió las tensiones con su segundo mayor socio comercial. Empresas estadounidenses dependen de insumos canadienses y mexicanos en sectores clave, como la manufactura de automóviles y la producción de bienes industriales. ¿El resultado? Un aumento en los costos de producción y, eventualmente, en los precios al consumidor estadounidense.

La postura de Sheinbaum ha sido acertada: México debe actuar con firmeza, pero también con inteligencia diplomática. El país tiene margen para diversificar sus relaciones comerciales y fortalecer sus lazos con otros mercados. Una mayor cooperación con China, Brasil, India y Sudáfrica podría convertirse en una oportunidad para reducir la dependencia de EE.UU. y consolidar la presencia de México en el escenario global.

Trump apuesta por el proteccionismo económico, pero en un mundo globalizado esa estrategia es ineficiente y costosa. Los aranceles afectan directamente a los consumidores estadounidenses, quienes enfrentarán precios más altos en productos esenciales. Además, la guerra comercial con México podría provocar que empresas estadounidenses busquen nuevos socios fuera de Norteamérica, debilitando la competitividad de su propia economía.

La pregunta que queda en el aire es clara: ¿Está Estados Unidos dispuesto a asumir los costos de una guerra comercial contra su principal socio? Si algo ha demostrado México es que sabe negociar y defender sus intereses, y con un mundo en plena transformación económica, esta podría ser la oportunidad para reforzar su papel como un actor clave en el comercio global.

POR TALYA ISCAN

CATEDRÁTICA FCPYS, UNAM, U. PANAMERICANA

@TALYAISCAN

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