“La menstruación es algo natural”, pareciera una afirmación que nadie podría negar, sin embargo, de acuerdo con UNICEF, el 43% de las estudiantes no quieren asistir a la escuela durante su periodo menstrual, y como adultas, tendríamos que preguntarnos por qué. La respuesta se relaciona con la falta de baños, lavamanos o agua en las escuelas; con la falta de insumos: es difícil ir a la escuela si la situación económica familiar es precaria y no se puede acceder a toallas, tampones u otros productos de gestión menstrual; con la falta de información o la información inadecuada llena de prejuicios hacen parecer el periodo menstrual como algo sucio o vergonzoso.
Y es que las niñas y adolescentes todavía enfrentan burlas en las escuelas porque su ropa se manchó, porque “están en sus días” -expresado de una manera negativa por los cambios emocionales que atraviesan-, porque no hay papel en el baño o si lo hay deben usarlo como reemplazo de productos adecuados. ¿Cómo entonces podemos afirmar que es algo natural si el tema parece implicar una carrera de obstáculos y barreras en la escuela?
Con este escenario en mente, y como parte de una estrategia de incidencia que inició en 2024 en el que revisamos las legislaciones nacionales y estatales sobre el tema de la menstruación en la escuela, Mexicanos Primero y Fundación Femmex lanzaron una herramienta de fácil manejo dirigida a docentes y directivos con estrategias puntuales para combatir la pobreza menstrual en espacios escolares pensada en tres contenidos básicos: educación, insumos e infraestructura.
El Manual se puede consultar gratuitamente en www.mexicanosprimero.org y decidimos enfocarla principalmente en docentes y directivos porque son quienes pueden tomar decisiones para avanzar en la garantía de una menstruación digna en los espacios escolares; desafortunadamente cuando no hay formación, también son ellas y ellos quienes pueden llegar a reproducir estereotipos negativos de género que avergüencen a las estudiantes e incluso excluyan a los varones privándolos de información sobre los procesos biológicos y sobre el comportamiento adecuado con sus compañeras.
Buscamos que la herramienta ofreciera información relevante para la comunidad escolar, que permitiera a las escuelas enfocarse en lo que sí pueden hacer, sabiendo que no siempre se cuentan con recursos económicos o humanos y que la garantía plena de los derechos es responsabilidad de las autoridades a través de marcos normativos apropiados y políticas púbicas y programas eficientes y un presupuesto suficiente.
Incluimos un autodiagnóstico para que cada comunidad pueda detectar el tema de la infraestructura escolar, con qué cuenta y qué hace falta para priorizar el uso de los recursos, si existe oportunidad de participar en programas como La Escuela es Nuestra.
También se podrá encontrar en el apartado de insumos, estrategias sobre cómo entregar productos de gestión en estados que ya tienen este tipo de programas y cómo organizarse cuando no llegan; además, proponemos que cada escuela cuente con una adulta encargada de entregar toallas sanitarias y orientar y acompañar a las estudiantes que lo requieran.
Finalmente, en el apartado de educación, presentamos ideas sobre cómo incluir el tema dentro y fuera del aula, teniendo en cuenta los contenidos de los Libros de Texto Gratuitos y trabajando de manera interdisciplinaria, escuchando a las estudiantes e involucrando a las familias.
Maestra, maestro, personal directivo y en general cualquier miembro de las comunidades escolares: te invitamos a revisar el manual, queremos acompañarte en este proceso, sabemos que la escuela no puede sola y por eso quisimos aportar una herramienta pertinente, clara y con enfoque de derechos que contribuya a que ninguna niña se quede afuera o enfrente barreras para aprender y participar por menstruar en la escuela.
POR LAURA RAMÍREZ
DIRECTORA DE FORTALECIMIENTO DE COMUNIDADES ESCOLARES
@Laurami02316